“15 años de @Bicitekas”, por @Guillermosorno

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 La Casa Biciteka está en un rincón de un antiguo palacio en la calle de República de Nicaragua. Aunque comparten el espacio con otras iniciativas culturales, el día que fui sólo estaban ellos, es decir, algunos integrantes del grupo de ciclistas más antiguo de la ciudad. La casa no sólo es una oficina administrativa, sino también un taller de bicicletas, un dormitorio para ciclistas visitantes. Pero tiene más bien el aspecto de algún centro comunitario de activistas políticos.

Cuando fui a la casa Bicicteka no era un momento feliz. Fue en febrero de este año. Acababa de morir arrollada por un autobús la ciclista Ilse Mariel Alonso. Los ciclistas de toda la ciudad habían protestado y mostrado su solidaridad con la familia. Entonces me pareció que, si bien faltaba mucho por hacer, el movimiento de la gente interesada en las bicicletas había ganado un gran impulso.

Creo que esta visibilidad se debe, en buena medida, a los Bicitekas, la organización que esta cumpliendo 15 años. Combinan una buena dosis de activismo político con cierta claridad sobre la manera de influir en las políticas públicas en la materia. A su influencia se debe la construcción de la primera ciclopista de la ciudad, por ejemplo, pero también fueron decisivos en la redacción del más reciente reglamento de tránsito del Distrito Federal. No sólo organizan uno paseo nocturno, sino que también le dan seguimiento a lo que dicen y hacen los políticos sobre la materia; mandan cartas, hacen foros, se hacen presentes.

A ellos les debemos un Manual del Ciclista Urbano que detalla los derechos, pero también los deberes de los ciclistas (que a veces son tan arbitrarios como los automovilistas, es decir, se meten en sentido contrario, andan por las banquetas, se pasan los altos, etcétera). Actualmente, los Bicitekas están trabajando en cómo presentar nuevas propuestas para mejorar la calidad del aire.

Su nuevo director, Agustín Martínez, me dijo recientemente que ellos habían contribuido a renovar el activismo político en la ciudad. Y le creo: han introducido aspectos frescos e innovadores en la protesta y la propuesta.

Por eso digo: larga vida a los Bicitekas (que de tan larga, ya también les dicen los abuetekas).

¡Anímate y opina!

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* Guillermo Osorno es director de la revista Gatopardo y cronista de la ciudad. Fue director de la revista dF y compilador de los libros ¿En qué cabeza cabe? (Mapas, 2004) y Crónicas de otro planeta (Random House, 2008). Es egresado de la escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia y profesor de periodismo narrativo en la maestría de periodismo y asuntos públicos del CIDE.

(GUILLERMO OSORNO)