Diana Cazadora: una tambaleante musa de 72 años

Las entrañas de la Diana Cazadora, una de las fuentes más emblemáticas de la Ciudad de México, de la autoría del arquitecto Vicente Mendiola y del escultor Juan Francisco Olaguíbel, se encontraban sumergidas en agua, producto de una fuga registrada en su estructura.

Esta situación provocó que la escultura se ladeara unos centímetros, por lo que para evitar una afectación mayor, la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) comenzó la intervención anual a la obra que fue inaugurada en 1942 por el entonces presidente Manuel Ávila Camacho.

Para poder librar esta filtración y afectación a la efigie, el equipo que interviene la fuente, que dirige Adelaida García, directora de Construcción de Proyectos Especiales, tuvo que retirar cerca de un metro cuadrado de la zona del cárcamo.

“Demolimos una volumetría de cerca de un metro en el albañal principal que vamos a tener que cambiar y en el cárcamo, pero estas acciones y los trabajos complementarios van a dejarla como nueva”, aseguró.

En el cuarto de máquinas, a ocho metros bajo tierra, el olor a humedad aún predomina, pero esto no detiene el mantenimiento a los cuatro tableros que contienen los controles para la operación de la fuente, que permanece encendida las 24 horas del día y que forma parte del paisaje diario de miles de capitalinos que transitan por Paseo de la Reforma.

Los trabajos al interior de la fuente se brindan a los cuatro motores que dan poder y forma a los 25 mil litros de agua que, a través de aspersores, se manifiestan en chorros que suben y bajan al interior de los tres niveles de cantera chiluca, piedra de color verde-rosado, y que cobran una forma diferente por la noche con las 16 luminarias.

Para coronar todo el complejo mecanismo, en la punta del monumento se yergue “La Flechadora de las Estrellas del Norte”, verdadero nombre de la Diana Cazadora, cuya silueta fue creada como un monumento para hacer alusión a la belleza del cuerpo desnudo y a la libertad y que es custodiada por cuatro siluetas de perros doberman.

EMBELLECIDA

Cuatro restauradores son los encargados del extreme makeover que se le da a la musa, que mide tres metros de alto y pesa casi 500 kilos, para colocarle una nueva capa de cera que la proteja de las inclemencias del tiempo y la conserve en buen estado hasta la siguiente intervención.

Las labores de mantenimiento en la fuente enclavada en el cruce de Sevilla y Paseo de la Reforma concluirán en dos semanas, con lo que se podrá volver a la postal urbana habitual de la fuente y la mujer desnuda con un arco en mano.

TESTIGO DE LA CIUDAD

La estatua, enclavada en una fuente, ve pasar a diario a miles de capitalinos que transitan sobre Paseo de la Reforma.

Además de presenciar el esparcimiento de gran parte de los capitalinos los domingos durante los paseos dominicales en bicicleta que organiza el Gobierno del Distrito Federal, así como las distintas actividades que ocurren cada domingo sobre dicha avenida, como las clases masivas de yoga.

También, la Diana presencia el paso de la gran mayoría de las manifestaciones que ocurren en la Ciudad de México, que recorren Paseo de la Reforma para llegar al Zócalo, aunque este pasar no siempre termina bien para la fuente.

De acuerdo con Aleida García, aunque la afectación en la fuente (a causa del desgaste natural del tiempo) se logró corregir a tiempo, en las últimas marchas se han realizado pintas y grafitis a la fuente, mismos que la dañan de manera importante.

La más reciente pinta, realizada el pasado miércoles, tenía mensajes alusivos a los 43 normalistas de Ayotzinapa que desaparecieron hace más de 40 días. No obstante, la estatua y la fuente siguen viendo pasar a diario a miles de capitalinos en su andar por Paseo de la Reforma.

(Jennifer Alcocer)