El rostro del miedo

Diariamente, el transporte público de la ciudad de México recibe 15.2 millones de personas; de esta cifra, el metro lleva a más de 5 millones. A pesar de los 382 abusos y acosos sexuales y de las violaciones ocurridas fuera y en sus alrededores en el 2012, este medio sigue siendo una opción segura.

 “Que se presenten esta cantidad de casos en el Metro habla de un nivel de seguridad muy alto. Dentro de él no hay violaciones porque tiene una seguridad impresionante, sin embargo, hay quien utiliza el transporte para establecer el control, para intimidar o extorsionar, sacar de ahí a las mujeres y las violan”, advierte la coordinadora del programa Viajemos Seguras, Margarita Argot.

Se han dado casos de extorsión donde el agresor llama la atención de la víctima con un papel con un mensaje amenazador escrito, por medio de este método, logra sacarla para violarla fuera del Metro.

Cuenta Margarita sobre el caso de una chica que todos los días, a la misma hora, era dejada por sus padres en la estación de metro para ir a la escuela. “Un hombre se dio cuenta de esta rutina y comenzó a seguirla, a acosarla. Cada vez le hablaba más para intimidarla y lograr el control que él quería”.

Cuando el hombre se atrevió a tocarla, la estudiante contó el hecho a sus padres, quienes se pusieron en contacto con la policía y la gente del Inmujeres. Un día como cualquier otro, esperó a que la abordara y ahí detuvieron al acosador.

“Nuestra apuesta es hacia la prevención y es diariamente, por millones de mujeres, para evitar que se presenten los casos, pero si se presentan, exista la posibilidad de atención adecuada y oportuna”, dijo Argot.

Áreas de peligro

Existen seis módulos de atención a mujeres víctimas de violencia dentro del metro; están ubicados en las estaciones Guerrero, Balderas, Hidalgo, Pino Suárez, Pantitlán y Tasqueña que trabajan de las 8 a las 20 horas.

La distribución no es casualidad, ya que son justamente las estaciones con mayor incidencia en delitos sexuales.

“Las estaciones de las primeras tres líneas tienen un diseño arquitectónico que genera robo o delitos sexuales. Las líneas más nuevas tienen áreas más abiertas, están mejor iluminados, hay más cámaras”, aclara Margarita.

De acuerdo con una sicóloga y una abogada de los módulos de atención, que por razones de seguridad no hicieron públicos sus nombres, el peligro de sufrir violencia sexual al viajar en el Metro se incrementa en los trasbordos y en las horas pico (entre las 8 y las 10 horas y las 14 y las 16 horas).

“El Metro es donde más abusos registran, por eso los módulos están ahí”, reconocen las trabajadoras del Inmujeres, pero aseguran que dan atención a cualquier persona que haya sufrido violencia sexual en otro transporte público.

¿Qué hacer?

Lo primero que se debe hacer es poner en evidencia al agresor. “Pueden gritar, pedir ayuda al chofer o a un policía. Si van dentro del vagón, jalar la palanca para que al llegar a la siguiente estación, ya esté el aviso de que algo ocurrió ahí y detengan al infractor”, dice la abogada.

Si se logra detener al agresor, es importante ayudarse de un policía para que los traslade a uno de los módulos de atención en el Metro. Ahí, una sicóloga dará atención emocional y la abogada le ayudará en la demanda penal si la víctima así lo desea.

El servicio es gratuito y, aunque comienza en el Metro, se lleva el caso hasta los juzgados cívicos o a alguna de las agencias del Ministerio Público que atiendan delitos sexuales.

“Desde que se hace la denuncia hasta que termina el procedimiento legal pueden pasar mínimo tres o cuatro horas, éste se alarga si los juzgados están saturados, si en éstos no se encuentra el personal adecuado para atender el caso”, comenta la abogada.

Sin embargo “¡¿qué son cuatro horas en la vida?!”, exclama Margarita Argot, “las mujeres no denuncian por pena, por no perder tiempo; si nos roban el carro, el celular, vamos a denunciar, entonces ¿por qué no darnos el tiempo cuando han lastimado nuestro cuerpo, nuestra integridad?”

“Es un proceso largo, se pasa por una entrevista, una revisión médica, una valoración sicológica para saber si existe el perfil de víctima sexual y después, tal vez sea necesario ir al Centro de Terapia de Apoyo a Víctimas de Violencia Sexual para llevar un proceso sicoemocional”, aceptó la sicóloga.

Conoce los delitos

Violencia sexual: Toda acción u omisión que amenaza, pone en riesgo o lesiona la libertad, seguridad, integridad y desarrollo sicosexual de la mujer, como miradas o palabras lascivas, hostigamiento, prácticas sexuales no voluntarias, acoso, violación, explotación sexual comercial, trata de personas o el uso denigrante de la imagen de la mujer.

Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

Acoso sexual

Vejaciones o majaderías sexuales así como fotos tomadas sin consentimiento. Son abuso los comportamientos de amenaza y control con fines sexuales que pueden tener como agravante un abuso sexual o una violación.

Abuso sexual

Es el acto sexual que, sin la intención de llegar a la cópula, es realizado en una persona sin su consentimiento o cuando se obliga a observar o tocar a alguien. Son considerados abusos los frotamientos, manoseos, nalgadas o hasta la eyaculación en alguna parte del cuerpo.

Violación

Aquellos casos en que hay penetración. No se han registrado dentro del metro o metrobús, pero sí fuera, en microbuses y taxis.

Estaciones de mayor incidencia

Hidalgo

Balderas

Pino Suárez

Pantitlán

Lugares más frecuentes

Vagón

Andén

Pasillo

Escaleras

(CRISTINA SALMERÓN | MÁS POR MÁS)