“Error sobre error”, por @JainaPereyra

En las últimas semanas los niveles de contaminación atmosférica en el Distrito Federal han motivado la declaratoria de precontingencia ambiental y, recientemente, de la revisión del programa “Hoy no circula”. Resulta preocupante que dicha revisión llevara al Gobierno del Distrito Federal a la conclusión de que la mejor política pública es relanzar el programa en sus términos originales; un programa que no ha contribuido ni a disminuir el parque vehicular, ni a mejorar la calidad medioambiental precisamente porque no activa los incentivos adecuados.

El fin de semana pasado se publicó en distintos medios la intención de “modernizar” el programa, se restringiría la circulación de todos los vehículos a partir de 2014. Es decir, los automóviles que hoy cuentan con engomado cero o doble cero en virtud del bajo nivel de emisiones que generan, también deberán permanecer estacionados un día de la semana.

Uno de los argumentos que la Secretaria de Medio Ambiente, Tanya Müller, dio para justificar la medida fue que el parque vehicular del Distrito Federal ha crecido un 140% desde 1990. Resulta curioso, en primer lugar, que el punto de referencia sea precisamente la fecha de inicio del programa. Es decir, si se asume que la contaminación está vinculada a la tenencia de automóvil y el programa a la disminución en los niveles de contaminación, habría que analizar, en primer lugar, si el programa no es en sí mismo una causa del aumento del número de vehículos. De hecho, ésta es una de las críticas que se le han hecho: que incentiva la adquisición de vehículos adicionales por familia.

Si analizamos los datos de vehículos registrados en el DF que ofrece INEGI, podemos observar que 1990, el año posterior al lanzamiento del programa- el número  de vehículos aumentó en 16% respecto al año anterior, la segunda cifra más alta de toda la serie 1980-2011. Cabe también hacer notar que en el periodo 1990-2011, ciertamente el número de vehículos en el D.F. creció en 122%, pero que en Chiapas, por ejemplo, este crecimiento fue de 360%, en Baja California Sur de alrededor de 600% y en Quintana Roo superior al 800%. O sea que existen elementos para suponer que el número de coches no necesariamente se relaciona ni con el tránsito, ni con la movilidad, ni con la contaminación, siquiera.

Por otro lado, si el deseo del GDF es limitar la propiedad de vehículos, pareciera contradictorio haber exentado a sus propietarios del pago de tenencia. Si, por el contrario, la intención es ofrecer incentivos para el uso de alternativas al automóvil particular, ¿no preocupa que el Metro sólo haya aumentado su afluencia en 6% entre 2002 y 2011? ¿No debería apostarse por ampliar el alcance del Metrobús, por ejemplo, cuyo uso se ha incrementado en más de 200% en los últimos 8 años?

La segunda crítica que se hizo al programa en sus inicios es que incentivaría la compra de vehículos de baja calidad que no sólo serían utilizados el día que sirvieran como sustitutos, sino toda la semana, por miembros de la familia que antes no usaban automóvil. Eliminar los beneficios del engomado implica eliminar el incentivo para adquirir automóviles que puedan obtenerlo.

Según los datos presentados por la misma Secretaria, la mitad del parque vehicular en el D.F. son automóviles nuevos y seminuevos, y la mitad cuenta con calcomanía 2. Sin embargo, señala también que los contaminantes provienen en 50% de cada uno de los grupos. Como es imposible afirmar que un automóvil nuevo emite el mismo nivel de contaminantes que un automóvil con una década en funcionamiento, lo que la Secretaria debería leer en su estadística es que los capitalinos estamos usando con mayor intensidad automóviles de mejor calidad.

Por ende, la ciudad previsiblemente no podrá mejorar la movilidad, ni disminuir el parque vehicular o los altos niveles de contaminación, sino, por el contrario, tendrá que lidiar con más y peores coches.

Para quienes esperan con ansias cualquier buena noticia del GDF, desgraciadamente, ésta no suena tan alentadora…

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 Licenciada en Economía y en Ciencia Política por el ITAM y Maestra en Economía por la London School of Economics. Actualmente trabaja en el Senado de la República y es profesora de asignatura en el ITAM.
(JAINA PEREYRA)