El pan de todos los días

Hace 25 años, Le Pain Quotidien abrió las puertas de su primer local, un pequeño lugar en Bruselas, y hoy llega, formalmente, a la colonia roma.

Alain Coumont nació en una familia de panaderos y aprendió el arte de hornear desde muy pequeño. Cuando creció, emprendió una búsqueda por el pan perfecto sin obtener mucho éxito, así que decidió crear el propio, así de simple. En busca del sabor familiar que tanto anhelaba, fundó en 1990, en Bruselas, Le Pain Quotidien, un restaurante en el que la estrella principal es el pan. 25 años después, el negocio que empezó como un simple hobby es ahora una firma con más de 200 restaurantes en ciudades distribuidas por todo el mundo.

El chef y panadero belga ha viajado a todos los lugares en los que aterriza su negocio para analizar el mercado local y crear guiños locales en el menú. Todo sin olvidar su principal motivo, que es crear un pan especial, casero y orgánico.

Además, LPQ alrededor del mundo se caracteriza por tener una mesa comunitaria que surgió como accidente, al ser el primer local un lugar muy pequeño, pero que se extendió como tradición. Aunque Le Pain Quotidien llegó hace tiempo a nuestro país, apenas hoy abre sus puertas en la colonia Roma, con un menú de ensaladas frescas, té, desayunos, postres y el mejor pan.

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