#Columna | Los sueños de un dictador

Érase una vez, en un país muy lejano, un joven político que quería brillar a toda costa. Una especie de príncipe que espera con ansias su momento de heredar el trono de su padre, el presidente de Corea del Norte. Kim Jong-Il, el director del Ministerio de Propaganda de su país, el alma de las fiestas, el “Amado Líder” de 41 años, el futuro supremo líder, a quien los norcoreanos nunca han escuchado hablar pero están obligados a respetar. 

Obsesionado con el éxito de algunas películas norteamericanas y con la firme idea de que la mejor forma de conquistar a un pueblo es a través de la propaganda, el heredero del trono norcoreano pone en marcha uno de los planes más extravagantes y absurdos de la historia: secuestrar a la estrella de cine y al director más populares de Corea del Sur y ponerlos a trabajar para su régimen.

Las víctimas: Shin Sang-Ok y Choi Eun-Hee, la pareja de moda durante los años 60 en Asia, una especie de Brangelina oriental. Ella fue la primera en desaparecer; con base en falsas promesas de dinero y fama, un grupo de agentes norcoreanos consiguió sedarla y llevarla en barco hasta una lujosa villa donde era vigilada constantemente. Y después él, obligado a pasar cuatro años en prisión por no querer cooperar.

El resultado fue una extraña película llamada Pulgasari, estrenada en 1985, en la que un reptil gigante (muy parecido a Godzilla), que se alimenta de metal, encabeza la revolución en contra de un rey opresor.

Entre las páginas del libro escrito por Paul Fischer se cuenta una historia que seguramente entretendrá muchísimo a aquellos convencidos de que la verdad, la mayor parte de las veces, parece una broma.

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Producciones Kim-Jong-Il presenta…

Paul Fischer. Turner. Madrid, 2015. 397 páginas. $360.