Recorrido por la Calzada México-Tacuba

Esta vía, atravesada por la línea 2 del metro, tiene algunas construcciones y secretos que vale la pena conocer a pie. Proponemos este recorrrido para el fin de semana.

Esta semana empezaremos el recorrido por una de las primeras avenidas de la capital, la Calzada México-Tacuba, y las colonias que la rodean. Este camino fue trazado en la época prehispánica, y a lo largo de su trayecto surgieron varias poblaciones que han logrado mantener su historia e identidad.

Tacuba fue uno de los señoríos que formaron la Triple Alianza, y luego de la conquista recibió el título de ciudad. Más tarde fue la cabecera del municipio del mismo nombre. Entre el comercio ambulante que rodea la estación del Metro se encuentra la parroquia franciscana de San Gabriel Arcángel, construida en 1573 sobre un recinto ceremonial y modificada en el siglo XVIII.

De la estructura primitiva queda una parte de la arquería, adornada con motivos indígenas de piedra, y el portal de acceso al convento. En el interior, el Santo Niño de los Milagros es famoso por reunir a los feligreses de la Selección Nacional; cada cuatro años se viste con el uniforme de México.

Frente al templo hubo un jardín con kiosco y bancas, además del palacio municipal, que dejó de funcionar como tal en 1929. Ese paisaje sólo vive en el recuerdo; hoy en su lugar están los puentes que conectan Legaria y Marina Nacional con Aquiles Serdán.

Aprovechando el viaje, hay que visitar la cantina Chin Chun Chan, situada en la esquina de Golfo de Adén y Lago Hurón, cuyo interior es un templo dedicado a Marilyn Monroe. Este espacio abrió sus puertas en 1904, y también es conocido por sus tortas.

Al norte, en los límites con el barrio de San Álvaro están los edificios que albergaron a la Escuela Nacional de Ciencias Químicas en 1916. Es la calle de Mar del Norte, a un costado de las vías del ferrocarril; muy cerca, en el actual número 54 vivió el célebre asesino Goyo Cárdenas, quien era estudiante de la misma institución.

Caminando hacia el oriente llegamos a Popotla, donde destacan los restos del Árbol de la Noche Triste, que fue consumido por un incendio en 1981. Según la tradición, aquí lloró Hernán Cortés por la derrota sufrida el 30 de junio de 1520, aunque otro ahuehuete en Marina Nacional y Golfo de Bengala le disputa ese atributo. Cruzando la calle se levanta la iglesia de la Virgen del Pronto Socorro; en el mismo sitio antes estuvo la de San Esteban Popotla, que aparece retratada junto al árbol en un cuadro de José María Velasco.

En los alrededores aún sobreviven algunas casas de las primeras décadas del siglo pasado, como la de Instituto de Higiene 62, que aloja la tradicional farmacia “El árbol”; la de Ferrocarril de Cuernavaca 73, la de Mar Mediterráneo 151, o el edificio de Laguna del Carmen 197 con su interesante arquitectura.

Más adelante está el antiguo Colegio Militar, un enorme conjunto que fue inaugurado en septiembre de 1910 como sede de la Escuela Normal para Maestros; para 1920, durante el gobierno de Venustiano Carranza, se destinó a la formación castrense. En el interior hay que apreciar el Salón de Actos, decorado con dos alegorías de la educación realizadas por Daniel del Valle.

De lado opuesto, en el cruce con Plan de Ayala se encuentra la capilla de Merced de las Huertas, concluida en 1668 y con una portada barroca agregada en el siglo XVIII. Es la entrada al rumbo de Santo Tomás, cuyo origen se remonta a la hacienda del mismo nombre. Para la década de los treinta se fraccionó en su lugar la colonia obrera Plutarco Elías Calles, con amplios jardines que después dieron paso a las escuelas del IPN. Un rincón donde el silbato del tren todavía marca el paso del tiempo.