Teatro | De lunas, mentiras y malnacidos

La obra de teatro Una luna para los malnacidos retrata lo más oscuro de una familia deshecha y movida por las apariencias; aquí todos se mienten —hasta a sí mismos—

Al salir el sol, padre e hija discuten un futuro desesperanzador lleno de trampas y mentiras para conseguir quedarse con la casa en la que han trabajado y les han permitido vivir por años. Él insiste en las cualidades animales de ella, en su manera de “engatuzar” a los hombres y sacarles provecho sin excepción. Ella apunta a su alcoholismo, su interés por sí mismo y por el dinero de los demás, la autodestrucción en la que le ha enseñado a vivir y que alejó a sus hermanos. Al final, un plan maestro está hecho: se quedarán con la granja y la herencia de otro a costa de sí mismos y su caos.

Una luna para los malnacidos, obra del Nobel dramaturgo Eugene O’Neill, situada en una Pensilvania de los años 40, llegó a manos del director Mario Espinosa hace más de una década con el objetivo de mostrarle a jóvenes universitarios el potencial de los grandes autores clásicos. Hoy la meta es otra. “Las obras de teatro son organismos vivos. En este regreso con la obra de O’Neill no quería revivir viejas glorias ni hacer teatro de copy-paste, por eso hemos llamado a nuevos actores y hasta un músico en vivo”, dice Espinosa, quien hace un par de meses fue invitado con esta misma pieza al Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, en Colombia, donde tuvo una serie de presentaciones muy exitosa en La Casa del Teatro Nacional. El más reciente montaje de esta obra que hace cuatro años tuvo un boom mundial, y que estará hasta el 19 de junio en el Teatro Milán (Foro Hilvana), reúne a Patricio Castillo, David Hevia, Alaciel Molas y José Juan en un amasijo de personajes derrotados por su propios miedos.

 

Teatro Milán.
(Foro Lucerna). Calle Lucerna 64, col. Juárez.,
Viernes a domingo.
$300.