CDMX, ¿inmune contra el zika?

El mosquito transmisor no sobrevive en la altura de la ciudad, pero el virus puede llegar aquí a través de viajeros.

La primera vez que Óscar Rangel escuchó sobre el Zika fue por los noticiarios de televisión. En ellos se enteró de que en México había más de 100 personas que lo habían contraído y de que en el país, así como en gran parte de América Latina, existe preocupación por la enfermedad causada por este virus.

Hace poco, él mismo empezó a preocuparse porque, para estas vacaciones de Semana Santa, él y su pareja, Marina, planean viajar a Huatulco, en Oaxaca, el segundo estado de la República con más casos (hasta el 14 de marzo, en esa entidad se tenía registro de 59 pacientes).

Durante un viaje anterior a Chiapas —entidad que colinda con Oaxaca—, Marina contrajo dengue tras ser picada por un mosquito y, según recuerda Óscar, “la pasó muy mal con los síntomas, se sentía débil y todo le dolía”.

Frente al brote de zika en el país, los capitalinos que, como ellos, planean vacacionar en zonas tropicales representan un sector susceptible de contraer el virus y a su regreso llevarlo a la capital.

De otra manera, según las autoridades sanitarias, sería casi imposible que el Zika llegara a la Ciudad de México porque el mosquito transmisor, el aedes aegypti —el mismo que transmite el dengue y el chikungunya—, no sobrevive en localidades con alturas superiores a los mil 800 metros sobre el nivel medio del mar.

“La probabilidad hoy, con lo que sabemos, es prácticamente igual a cero”, dice el médico Pablo Kuri, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud federal (SSa).

La Ciudad de México tiene una altura de dos mil 240 metros y su temperatura media impide que la larva del mosquito se reproduzca. En otras palabras, la capital tiene una especie de repelente natural contra estos insectos, y algo similar ocurre en localidades como Toluca, en el Estado de México.

Sin embargo, reconoce Kuri, en esta temporada vacacional los capitalinos que viajen a zonas tropicales deben tener precauciones para evitar exponerse a la picadura de mosquitos y contraer el Zika, que también se transmite por contacto sexual aunque en mucho menor proporción.

Una de las principales recomendaciones, explica el funcionario, es que los vacacionistas procuren no acudir a lugares húmedos o cuerpos de agua cuando sale o se oculta el sol, porque a esa hora es cuando el aedes aegypti busca alimentarse. Otro consejo —que Kuri considera esencial— es usar un repelente adecuado.

“Decirle [a los viajeros] que usen manga larga y pantalón largo a 35 grados pues es medio complicado, pero el repelente sí lo pueden utilizar. El repelente es el que tiene una sustancia: DEET. Lo pueden ver en cualquier etiqueta, es muy socorrido, se vende en cualquier farmacia o en cualquier tienda de autoservicio”, dice.

¿Y si te enfermas?

La enfermedad derivada del Zika no es mortal, según lo que se tiene documentado sobre ella. Sus síntomas son fiebre, conjuntivitis y alguna erupción en la piel, y si el enfermo se mantiene hidratado y en reposo generalmente se recupera en una semana.

“El zika es una enfermedad benigna en general […] Normalmente es bastante más leve que el chikungunya y que el dengue”, dice Kuri, quien explica que todavía no hay un medicamento específico para tratarlo, como los hay para combatir otras enfermedades virales como la influenza.

En cuanto a las embarazadas, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la SSa piden que este sector extreme precauciones para evitar contraer el virus.

Esto se debe a que los científicos temen que el Zika esté relacionado con el desarrollo de microcefalia en bebés.

La OMS alertó de la situación en mayo y en diciembre del año pasado, y pidió que en América Latina se tomaran medidas especiales por los brotes en Brasil y Colombia. En ese contexto, el gobierno mexicano realiza una campaña de fumigación contra mosquitos en zonas tropicales y monitorea a las embarazadas enfermas, quienes hasta ahora suman 25.

“En México tenemos muy pocos casos de mujeres embarazadas con zika, pero la que ya se resolvió está totalmente normal y las otras 24, que están en seguimiento, aparentemente están normales”, dice el subsecretario Kuri.

Las autoridades de salud estiman que la presencia del virus del Zika en el país se mantendrá todavía algunos meses. Mientras tanto, y con las vacaciones de Semana Santa en puerta, recomiendan extremar precauciones para evitar más casos y que los viajeros vuelvan a sus casas con algún souvenir no deseado.

Ve nuestro video sobre el Zika en:

facebook.com/maspormasoficial.

Contra la enfermedad

Estas son algunas recomendaciones para no contraer el virus del Zika:

  • Si sales de viaje, evita estar en zonas húmedas o en fuentes de agua cuando sale o se oculta el sol, porque ese es el horario en el que el mosquito transmisor empieza a alimentarse.
  • En los lugares tropicales, elimina las fuentes de agua innecesarias, como charcos o floreros. Esto se recomienda porque estos espacios sirven como criaderos de mosquitos.
  • La Secretaría de Salud federal sugiere usar un repelente con la sustancia DEET. De acuerdo con la dependencia, se trata del químico más efectivo para ahuyentar a estos insectos.
  • En lo que respecta a las mujeres embarazadas, consideradas un sector sensible a la enfermedad causada por el Zika, se les recomienda que acudan al médico de inmediato si llegan a sufrir picaduras.
  • La mayoría de los síntomas derivados de la enfermedad —como fiebre o erupciones en la piel— puede combatirse si la persona se mantiene bien hidratada y guarda mucho reposo.

Entre alas, zumbidos y picaduras

La principal forma de transmisión del virus del Zika es la picadura del mosquito aedes aegypti. Es un insecto caracterizado por los puntos blancos en sus patas y su espalda, y es el mismo que transmite el dengue y el chikungunya. La OMS advierte que los criaderos de mosquitos se forman cerca de cuerpos de agua estancada, como la almacenada en recipientes. En México, las autoridades llevan a cabo una campaña de fumigación en zonas tropicales para evitar su proliferación y la propagación de enfermedades.