Escuelas para volar

La carpa de circo se convirtió en el nuevo salón de clases. Los maestros son acróbatas, malabaristas y trapecistas profesionales. ¿Te animas a entrarle?

Fotos: Lulú Urdapilleta.
Fotos: Lulú Urdapilleta.

El ambiente es intenso. El sonido de las instrucciones llena el espacio a pesar de la gran altura del techo. Un grupo de niños hacen fila y esperan su turno para saltar.

Los ojos del instructor están tan fijos en los alumnos como los miles de ojos que, en este mismo lugar de la Calzada de Tlalpan, han visto pasar a los payasos, trapecistas y acróbatas durante décadas. La clase se imparte muy cerca del sitio donde estuvo la pista por la que corrieron caballos, llamas y perros: algo que hoy es imposible.

La famosa Carpa Astros, muy cerca de la estación Villa de Cortés del Metro, es uno de los lugares de esta Ciudad que preparan el futuro del circo: acrobacias, movimiento, saltos y fuerza; la más reciente de una serie de escuelas que durante casi una década han formado a cientos de artistas.

LA NUEVA ÉPOCA

El nuevo concepto que transformó la idea de circo viene de los años ochenta, cuando surgió en Canadá el Cirque du Soleil: una mezcla de teatro y acrobacia que hoy es la más grande compañía teatral del mundo. Su éxito generó que miles de personas se interesaran en estudiar esta disciplina con este nuevo enfoque, llamado circo contemporáneo.

“Es una mezcla de todas las artes, danza teatro, video, música y teatro del cuerpo”, explica Silvestre Mejía, director de la Casa del Circo Contemporáneo. Juega mucho con las emociones, tanto de los personajes como las del público y, su objetivo es contar una historia”.

Con la llegada del siglo XXI se comenzó a practicar en la ciudad y, muy pronto, comenzaron las clases en escuelas particulares o en el Centro Nacional de las Artes, donde se ha intentado por años crear una Licenciatura en Artes Circenses, sin éxito.

El creciente movimiento fue impulsado a mediados de 2014 por la prohibición de usar animales en espectáculos públicos, que afectó más que a nadie, a los circos, que buscaron nuevas opciones para seguir funcionando y tener futuro. Es especial, el Atayde se alío con la escuela Espacio Abierto, que llevaba seis años de trabajo en Culhuacán, y abrieron en noviembre de 2014 el Espacio Atayde, con una planta de maestros nutrida por los propios artistas del circo, que atienden a una primera generación de 40 alumnos.

Fotos: Lulú Urdapilleta.
Fotos: Lulú Urdapilleta.

SUEÑO SIN LÍMITES

Atenas Ávila, una joven emopresaria chilanga, es la directora de Espacio Atayde, instalado en la Carpa Astros. “Cuando tenía cuatro años mis papás me llevaron al Circo Atayde y me dije ‘yo quiero volar como ellos, quiero ser como los acróbatas’”, recuerda Atenas.

Es el mismo sueño que embarga a los porfesionales que practican parkour o saltos por las mañanas y a los niños que aprenden a volar por las tardes. Lo que empieza como una forma de entretener a un niño hiperactivo (o de animar a uno más apocado) puede ser el camino a la vocación: “Los alumnos destacados tienen la oportunidad de profesionalizarse y ser contratados por el circo”, me dice la directora de la escuela. “Es un semillero de nuevos artistas, una forma de retroalimentación para el circo”.

Es un modelo parecido a la Ecole Nationale de Cirque de Canadá, la más importante del mundo, donde el 95% de los egresados se han incorporado a algún espectáculo.

Pero, ¿qué se necesita? Para Mejía, en su escuela de Coyoacán, es simple: “Tienes que estar seguro de que lo quieres hacer, mientras más joven seas es mejor para que tengas un mayor rendimiento físico, pero hay gente de todas las edades. Sólo se necesita mucha constancia”.

HORA DE VOLAR

El entrenamiento para ser artista de circo no es poca cosa: “He aprendido que la gente de circo aprende a ser arriesgada, es un ejemplo y una inspiración”, dice Atenas. “Para echar a andar un proyecto en el circo se necesita trabajo en equipo, todos cuidamos de todos; es como en cualquier otro proyecto de vida”.

Pero el circo es algo más, y quizás eso explique porque practicarlo se ha puesto de moda, tanto como parte del entrenamiento de actores y bailarines, o como un hobby original: “El circo es sinónimo de recuerdos y de infancia”, dice Atenas. “Es un conetxto pleno, de oportunidad. Una forma de generar excelencia”.

Y sí, es posible ver ese deseo en la concentración de los alumnos mayores y en los ojos asombrados de los niños que descubren que los límites pueden ser rotos. Lo que sigue es la magia.

 

¿QUÉ NECESITAS?

Si quieres estudiar circo de manera profesional, estos requisitos son importantes. Pero consulta los detalles en cada escuela:

– Capacidad física: estiramiento, resistencia y fuerza.
– Conocimientos de danza y teatro
– Buena salud.
– Habilidades para asumir retos y trabajar en equipo.

 

PARA ESTUDIAR

¿Te interesa estudiar artes circenses? Estos lugares están a tu disposición.

ESPACIO ATAYDE
Carpa Astros
Calzada de Tlalpan 855
Metro Villa de Cortés
organizacionea.wix.com/ea2013

CASA DE ARTES Y CIRCO CONTEMPORÁNEO
Progreso 30
San Lucas Coyoacán
5336-4759
www.artesycirco.com

FUERZA AÉREA

Plaza San Cosme 66
Metro San Cosme
5741-7357
fuerzaaerea.mx

HELIOS
Av. Revolución 1734
San Ángel
2536-9548
2908-7134
Facebook: aereoescuela

CIRKO DE MENTE
Av. Hidalgo 195,
Fuentes Brotantes, Tlalpan
6381-6578
cirkodemente.com.mx/