La ciudad se transforma en laboratorio

Las claves para enfrentar en forma más eficaz las inundaciones o sequías en las grandes ciudades podrían encontrarse en el Valle de México. Por lo menos, esa es la meta del proyecto Megadapt, desarrollado por investigadores de la UNAM y de la Universidad Estatal de Arizona, de Estados Unidos.

El proyecto, que arrancó hace un año en el Laboratorio Nacional de Ciencias de la Sustentabilidad (LANCIS), del Instituto de Ecología de la UNAM, se desarrolla en cuatro zonas del Área Metropolitana del Valle de México, las cuales servirán como una especie de laboratorio para buscar estrategias que permitan enfrentar los efectos del cambio climático.

La investigadora de la Universidad Estatal de Arizona y coordinadora de la iniciativa Megadapt, Hallie Eakin, considera que el Valle de México es un sitio ideal para hacer estos experimentos, sobre todo por sus características climáticas históricas. “La Ciudad de México es muy icónica en cuanto a la problemática del agua, desde 1325 hasta el presente”, explica Eakin.

Uno de los objetivos de Megadapt es crear bases de datos, con todas las variables climáticas posibles, de sitios en donde sus habitantes padecen la falta de agua o inundaciones en la Zona Metropolitana del Valle de México, como lo son Iztapalapa, Magdalena Contreras, Xochimilco y Texcoco.

En el proyecto participan arquitectos, arqueólogos, hidrólogos, ingenieros y otros especialistas que recabarán la información climática del pasado y del presente de estas zonas.

Entre los expertos está Bertha Hernández, maestra en geografía por la UNAM, quien realiza entrevistas a la población para recopilar datos sobre cómo impacta el tema del agua en cada una de las comunidades.

En este equipo también participa Alejandra Martínez, arquitecta de la UNAM; su labor, dice, es analizar las variables del uso de suelo en cada una de estas zonas para identificar los riesgos posibles, entre ellos los daños por inundaciones.

“Este es un proyecto internacional, donde lo más importante es estar en un equipo interdisciplinario”, señala la joven de 30 años y uno de los más de 26 investigadores que participan en esta iniciativa científica.

“Lo emocionante es que no pretendemos repetir estudios que ya están hechos; lo que buscamos es crear una plataforma que ayude a la toma de decisiones e integre la información sobre el clima de la ciudad que se tiene desde hace tiempo”, explica la doctora Hallie Eakin.

Además de encuestas y talleres con la población de las áreas elegidas, se desarrollarán modelos matemáticos para encontrar relaciones entre los eventos climáticos documentados a lo largo de la historia, las políticas que se implementaron, los estudios que se han realizado y la forma en que los ciudadanos enfrentaron ese problema. Este modelo matemático permitirá encontrar cuáles son las mejores estrategias que se siguieron para enfrentar una inundación o una sequía.

Hallie Eakin tiene una primera meta: si al cumplir el tercer año de investigación, en 2017, logran tener resultados en la Ciudad de México, entonces contarán con una base para recrear escenarios y trabajar en el desarrollo de modelos que podrían utilizarse en otras ciudades del mundo.

La investigación, que se prevé termine en 2018, se realiza con fondos de la National Science Foundation, organismo gubernamental estadounidense que tiene distintos proyectos de colaboración con México, como el intercambio de estudiantes entre ambas naciones o el programa para que investigadores mexicanos desarrollen nuevas empresas tecnológicas.

 

(IGNACIO GÓMEZ)