Salvando al ajolote

Científicos de la UNAM crearon un refugio en la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel donde buscarán garantizar el futuro de la especie.

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Fotos: Alfredo Boc / MxM.

El ajolote, especie única en el mundo por su capacidad para regenerar sus órganos, tratará de evitar la extinción lejos de su hábitat natural.

Investigadores del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) impulsan el rescate de esta especie que forma parte de la mitología mexica y cuya población ha ido a la baja en los canales de Xochimilco, área en donde hace mucho tiempo reinó.

La estrategia de salvamento de los científicos de la UNAM consiste en introducir diez ejemplares de ajolotes, en pequeños lagos de la zona conocida como “Cantera oriente” en la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel.

“El proyecto tiene como objetivo rescatar la especie y generar una población sustentable dentro de la Cantera de Ciudad Universitaria”, explica Alberto Tovar, maestro en Ciencias e investigador del Instituto de Biología de la UNAM.

Tovar comenta que las condiciones del Pedregal lo hacen un lugar ideal para el proyecto, ya que es una zona tranquila donde se puede trabajar con seguridad, a diferencia de los canales de Xochimilco donde, asegura, les han robado varios ejemplares, desde larvas hasta adultos.

 

VENTA CLANDESTINA

“El mercado negro del ajolote es muy importante”, asegura Tovar y explica que, incluso, podría estar entre las principales causas de extinción de la especie. “Un ajolote juvenil, en el mercado negro, cuesta entre 600, 800 y hasta 1000 pesos, un costo que lo hace atractivo para el pescador y vendedor”, agrega el investigador.

Además de la seguridad, Tovar destaca que las condiciones físico-químicas del lugar (temperatura, alimento, depredadores) permiten al ajolote vivir en forma adecuada.

“Hemos encontrado que cuando no están en cautiverio los ajolotes se desarrollan mejor, su cola se vuelve más musculosa y fuerte por el hecho de nadar libremente y buscar su comida”, agrega el investigador.

Pese a ello, el proyecto contempla que los diez ajolotes de la cantera permanezcan dentro de jaulas, para que puedan reproducirse y no se los coman aves como las garzas. “Queremos una buena población, bastante fuerte, bastante adaptada y posteriormente incrementar el número de siembras”, tanto en el Pedregal como en Xochimilco, cuenta el investigador de la UNAM.

Fotos: Alfredo Boc / MxM.
Fotos: Alfredo Boc / MxM.

HERENCIA NATURAL Y CULTURAL
De acuerdo al último censo del Laboratorio de Restauración Ecológica de la UNAM (realizado entre 2013-14), en los canales de Xochimilco sólo quedan 0.03 especies por kilómetro cuadrado, cifra muy distante de los cien reportados en 2008 o de los seis mil en 1998 en la misma zona.
El proyecto de Cantera, como se bautizó esta iniciativa de rescate del ajolote, lleva dos meses. Los ajolotes se monitorean cada semana y hasta ahora los científicos han detectado que los especímenes han aumentado su peso en uno o dos gramos, lo cual indica que están adaptándose en forma adecuada al lugar.

“Si se pierde la especie se pierde una herencia cultural, es un compromiso moral rescatar al ajolote”, dice Ángel Merlo Galeazzi, maestro en Ciencias e integrante de la asociación civil ambientalista Humedalia.

“Si los ajolotes están bien, su ecosistema también lo está”, dice Merlo Galeazzi. Antes de que se introdujeran a los canales de Xochimilco peces como la carpa y la tilapia, el ajolote era el mayor depredador del lugar. Ahora la situación se ha revertido, hay miles de peces no originarios de los canales del sur de la Ciudad de México y muy pocos ajolotes.

El drástico descenso en el número de ejemplares, Merlo Galeazzi, se debe a tres factores: “Su principal amenaza es la urbanización de la zona, un presión que conlleva a la contaminación en el agua, porque las descargas de aguas negras de las casas van directamente a los canales de Xochimilco”, señala.

El segundo factor de peligro,  considera, es la gran cantidad de invernaderos que utilizan fertilizantes químicos que se filtran al agua y contaminan el hábitat del ajolote.
Las especies exóticas que se han introducido a los canales son la tercera amenaza. “La tilapia y la carpa  se comen a los huevos de los ajolotes, a los ejemplares juveniles y, además, compiten por su alimento”, señala Merlo.

“La única forma de rescatar al ajolote es rescatando su hábitat”, dice Fernando Córdoba Tapia, investigador del Instituto de Biología de la UNAM. Para ello es necesario regresarle a Xochimilco su “vocación” natural.

“El primer paso es recuperar la chinampería, volver a la producción tradicional y orgánica de alimentos”, dice Córdoba Tapia. Esto debe ir acompañado de más refugios dentro de los mismos canales, donde se garantice una buena calidad del agua sin la invasión de las especies exóticas.

“Con este modelo ya se logró que los ajolotes se reproduzcan en campo, ya hay chinamperos que tienen su parcela funcionando correctamente y ahora vamos a buscar que otros más se unan”, asegura Córdoba Tapia.

Otro punto importante es evitar el crecimiento de más asentamientos humanos u obras como la Autopista Urbana Oriente (AUO). “Esto fragmentaría más esa zona suroriente y haría crecer la mancha urbana dentro de la zona de protección”, considera el investigador de la UNAM.

“Todos debemos hacer algo urgente: organizarse, hacer grupos de vecinos, vigilar a las autoridades. Falta mucha consciencia ciudadana y a todos los niveles, si  seguimos igual el ajolote va a desaparecer de Xochimilco, pero todavía se puede hacer algo”, comenta.

 

DATOS
1,000
organismos se encontraban por kilómetro cuadrado en los canales de Xochimilco en 2003.

100 organismos se contaban por kilómetro cuadrado en 2008.

0.03 organismos por kilómetro cuadrado se hallaron en el censo de 2013.

 

UNA ESPERANZA CONTRA EL CÁNCER

El ajolote —del náhuatl axolotl, que significa “monstruo acuático” o “juguete del agua”— es protagonista de diversos estudios científicos por su capacidad de regeneración: se le pueden amputar extremidades como los dedos, brazos, branquias, incluso partes pequeñas del cerebro o del corazón, y le vuelven a crecer.

Investigadores mexicanos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) estudian su ADN para identificar los genes capaces de regenerar sus tejidos.

Al conocer estos genes se podrían desarrollar distintos medicamentos para combatir enfermedades como el cáncer..

 

CARACTERÍSTICAS DE UN SOBREVIVIENTE
Nombre científico: Ambystoma mexicanum
Miden de 25 a 30 centímetros de largo
Una hembra pone alrededor de 600 a mil huevos
Período de reproducción: noviembre a enero
Tiempo de vida: seis años en vida silvestre; en cautiverio, de 10 hasta 15 años.