Mañas contra fotomultas

En la ciudad se ofrecen al menos 12 productos para evadir los dispositivos de la SSP, como micas y esprays para cubrir las placas.

En menos de un mes, el auto de Raúl fue captado en tres ocasiones por los dispositivos de fotomultas. Entonces pagó las infracciones pero, harto de la situación, empezó a buscar un remedio para evitar ser multado nuevamente. Fue así como decidió comprar una mica que cubre las placas de su vehículo y, afirma, hasta ahora le ha servido para burlar otras infracciones.

Desde que el nuevo Reglamento de Tránsito entró en vigor el 15 de diciembre, en la Ciudad de México se ofrecen al menos 12 productos que, según sus ofertantes, evitan que un auto sea visto por los radares de velocidad o por las cámaras que detectan otras faltas, como no usar el cinturón de seguridad, utilizar el celular mientras se conduce o invadir los pasos peatonales.

Se trata de diversas variedades de micas o esprays para cubrir las placas, así como de instrumentos para ubicar y huir de los radares de velocidad. Sus costos van de los 250 a los mil 100 pesos, de acuerdo con una revisión que Máspormás hizo a páginas de internet y con recorridos en las zonas donde se comercializan.

Una de las ofertantes, la empresa Placa Fantasma —a la que solamente se puede contactar vía web—, incluso tiene un programa para reclutar distribuidores, especialmente dirigido a dueños de tiendas de autopartes, talleres mecánicos, agencias automotrices o gasolineras.

Tras solicitar informes, el gerente de distribuidores de la compañía, Pablo Orozco, explicó que para entrar al programa se requiere llenar un formato de registro y adquirir al menos 10 piezas. Sin embargo, para obtener precios preferenciales, se debe pedir un mínimo de 50.

Recientemente, la empresa lanzó dos nuevas ofertas: una mica de sólo un milímetro de grosor, con valor de 950 pesos, y una especial para motocicletas.

La proliferación de estos productos se da en un contexto de molestia ciudadana con el nuevo Reglamento de Tránsito. Por ejemplo, una encuesta de Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) indica que 45.9% de los consultados señaló que con la nueva reglamentación aumentarán las ‘mordidas’ y otros actos de corrupción, mientras en internet se han lanzado campañas para recabar firmas con el propósito de echar atrás la nueva norma.

Evasores cazados

Cuestionado sobre el tema, el subsecretario de Control de Tránsito de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina (SSP), Fernando Martínez Badillo, reconoció que la compraventa de estos productos por sí sola no es ilegal. No obstante, advirtió, sí lo es que un conductor los utilice.

Hacerlo viola el Reglamento de Tránsito y se sanciona con una multa de 30 veces la Unidad de Cuenta de la capital —es decir, dos mil 150 pesos— y con el envío del vehículo al corralón.

A la fecha, explicó el funcionario, dos mil 316 automovilistas han sido sancionados por utilizar estos productos para tratar de evadir las fotomultas.

“En este tema, [principalmente] serían las micas, sobre todo cuando son ahumadas. Nos dificulta la detección, pero el personal que se encuentra distribuido dentro de la ciudad aplica las sanciones”, sostuvo Martínez Badillo.

Eficacia en entredicho

Desde el gobierno capitalino —que defiende el nuevo Reglamento de Tránsito bajo el argumento de que ayudará a reducir los accidentes viales—, Martínez Badillo asegura que usar estos productos no solamente es ilegal, sino poco eficaz.

“Todas las captaciones que tenemos nos salen bien. No tenemos registro ni hay evidencia de que no se observe la placa o no se observe un número”, dijo el funcionario para poner en duda estos intentos por evadir las fotomultas.

Por el contrario, las empresas ofertantes y los distribuidores, así como algunos usuarios, afirman que los productos funcionan para evitar sanciones que tachan de injustas, pues las consideran una estrategia de las autoridades para obtener recursos a través de la imposición de multas.

“Estos cuates [que instalaron la mica] me dijeron que la única forma de detectarla es con un encendedor. Se lo acercan a la placa y se va a quemar, pero obviamente no va a llegar un policía con su encendedor a quemar”, dijo Raúl, a quien su mica le costó 600 pesos.

Manuel, responsable de un local de autopartes en la colonia Juárez —a sólo unas calles de la Secretaría de Gobernación—, sostiene que las micas que vende funcionan a la perfección. Pone como ejemplo una mica ahumada de 250 pesos que “evita que las cámaras lean el código de barras de las placas”.

A dos meses y medio de que entró en vigor el nuevo Reglamento de Tránsito, Martínez Badillo exhorta a los ciudadanos a no recurrir a este tipo de medidas. Mientras tanto, del lado de los inconformes con la norma, algunos conductores justifican los intentos por evitar ser infraccionados.

Vigilancia

Los dispositivos que toman las fotomultas son vigilados por funcionarios y protegidos por la ley:

  • Los servidores públicos que los cuidan pertenecen a la SSP y la Oficialía Mayor. Quienes son sorprendidos dañándolos son sancionados con la Ley de Cultura Cívica y enviados a El Torito.
  • La información sobre la ubicación de los radares y las cámaras está reservada por siete años. Las autoridades dicen que, por seguridad, los ciudadanos no pueden tener acceso a esos datos.

Productos bajo investigación

El subsecretario de Control de Tránsito de la Secretaría de Seguridad Pública, Fernando Martínez Badillo, señala que una vía para prevenir y evitar la proliferación de productos para evadir las fotomultas es analizar la procedencia de los mismos. Por sí sola, la venta de estos bienes no es ilegal, explica el funcionario, pero las autoridades podrían actuar contra los distribuidores si encuentran otras irregularidades. “Habrá que ver con el área de inteligencia financiera a ver si son de procedencia legal”, dice.