Oficial, ¿su identificación?

Los policías están obligados a identificarse ante la ciudadanía, pero es común que no porten la credencial que se les otorga.

A Omar lo detuvo un policía de tránsito a finales de diciembre de 2015. Se había pasado un alto y, cuando lo iban a infraccionar, pidió al agente que le mostrara su identificación como funcionario de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).

“En un principio se sacó de onda pero, cuando se dio cuenta de que estaba hablando en serio, cambió de tono”, recuerda Omar, quien acostumbra tomar esta precaución desde que un falso uniformado trató de extorsionarlo.

Durante esta última ocasión, el policía que detuvo a Omar sólo traía una credencial vencida, por eso tuvo que llamar a un compañero con identificación vigente para que levantara la infracción.

El caso, según advierten especialistas en seguridad, refleja un problema que existe en la SSP: la falta de disposición de los uniformados para identificarse ante los ciudadanos y de medidas por parte de la autoridad para llevarlos a hacerlo.

“Tenemos que entender que, en la situación [de inseguridad] que estamos viviendo, los policías en general tienen poca legitimidad ante la ciudadanía. Y eso [identificarse] sería una forma de generar elementos de credibilidad”, dice René Jiménez Ornelas, experto en violencia social del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

“Para eso sirven [las identificaciones], para que realmente el ciudadano tenga plena visibilidad y para poder identificar de primera instancia al policía”, coincide Martín Barrón, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), quien advierte que uno de los factores que más ha afectado la imagen de los policías en el país es el caso de agentes coludidos con el crimen organizado.

Información proporcionada por transparencia indica que, hasta febrero de este año, la SSP había entregado 35 mil identificaciones a policías preventivos y tres mil 349 a policías de tránsito; sin embargo, según testimonios recabados, es frecuente que estos no las porten.

¿Qué señala la ley?

En la ciudad, al menos cuatro normas establecen que los policías están obligados a portar una identificación oficial que los acredite como agentes, así como a exhibirla mientras están en funciones.

Tales ordenamientos son la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública —de nivel federal—, las leyes locales de Seguridad Pública y Orgánica de la Secretaría de Seguridad Pública, y el acuerdo 36/2015 que la SSP publicó en la Gaceta Oficial del Distrito Federal el 20 de agosto de 2015.

En este último documento se fijan las características de la identificación y las reglas para exhibirlo. “El servidor público o policía que sea requerido se identifique como personal de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal o de la Policía Auxiliar o de la Policía Bancaria Industrial del DF está obligado a acreditarse mediante la credencial de identificación vigente”, detalla.

“Es lo mínimo que se puede pedir en términos de que no solamente ves al policía, que muchos deben tener el nombre grabado en el uniforme, pero ahí también tienes la posibilidad de checar si el nombre que trae puesto en el uniforme coincide con la identificación”, dice Jiménez Ornelas.

Sobre el tema, Máspormás solicitó entrevista con la SSP, pero no obtuvo respuesta antes del cierre de edición.

Abolir viejas prácticas

Norberto vivió otra confrontación con un funcionario de la SSP que se negó a identificarse. El choque ocurrió con un operador de grúas de la secretaría, cuando éste trató de levantar y llevarse su automóvil.

El servidor público incluso buscó infraccionar al conductor por una supuesta falta y, cuando fue cuestionado sobre sus facultades para emitir la sanción, llamó al lugar a otros policías.

Al respecto, los especialistas coinciden en que este tipo de situaciones —en las que los ciudadanos quedan expuestos a irregularidades y posibles abusos— seguirá siendo frecuente mientras las autoridades no tomen acciones para hacer más clara la forma en la que sus agentes deben actuar.

Barrón, por ejemplo, propone establecer un “catálogo” de los pasos mínimos que un uniformado debería cubrir en el proceso para identificarse ante la ciudadanía.

“Si no, vamos a regresar a los viejos años cuando la policía tenía a sus ‘madrinas’, quienes eran personas que ni siquiera pertenecían a la corporación y que los jefes de la policía tenían a su servicio”, dice.

Este llamado de los expertos ocurre a dos meses de que, en junio, deba estar en vigor el nuevo sistema de justicia penal, que obliga a todas las instituciones —desde la policía hasta los juzgados— a actuar con estricto apego a los derechos humanos en la persecución de posibles delitos.

Identifícalos

Según la ley, así es como los policías de la ciudad deben hacer su trabajo:

  • Todos, tanto los agentes preventivos como los de tránsito, están obligados a portar una credencial que los acredite como integrantes de la Secretaría de Seguridad Pública de la capital.
  • Esta credencial debe tener los emblemas de la Ciudad de México y de la SSP, así como el nombre del agente, su fotografía y su adscripción. También debe incluir un folio y un periodo de vigencia.
  • Otra obligación de los agentes capitalinos es utilizar su equipo reglamentario y su uniforme siempre que se encuentren en ejercicio de sus funciones.
  • Especialistas en seguridad recomiendan a los ciudadanos que, si entran en contacto con un agente, se cercioren de que su nombre y placa coincidan con los datos de su credencial, y de que ésta esté vigente.
  • Si una persona detecta irregularidades, puede reportarlo a Asuntos Internos de la SSP, en los números 5208 7445 y 5208 9898, o a las cuentas de Twitter @SSP_CDMX y @UCS_CDMX.

Con apariencia de mando policial

En julio de 2015, la propia policía capitalina detuvo a un hombre, de 32 años, quien se hacía pasar por mando de la SSP. El detenido utilizaba un uniforme parecido al de la corporación e, incluso, usaba un radio de comunicación y armas asignadas a verdaderos elementos de la dependencia. Está acusado de encabezar a un grupo de extorsionadores que operaba en las delegaciones Álvaro Obregón, Cuauhtémoc y Venustiano Carranza, donde exigía dinero a elementos a cambio de gestionarles ascensos.