Parto con dolor

En los últimos cuatro años, la Secretaría de Salud local ha recibido seis recomendaciones de la CDHDF por malos tratos a embarazadas.

El menor nació el 7 de diciembre de 2010. Los médicos que lo atendieron entonces diagnosticaron erróneamente que no sobreviviría, por lo que no le dieron los cuidados que necesitaba. Incluso, según documentó la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), una médico echó al bebé en una cubeta y expidió un certificado de defunción. Fueron empleados de vigilancia del hospital Gregorio Salas, ubicado en la colonia Centro, quienes se percataron de que estaba vivo.

Ahora el niño está por cumplir cinco años, pero padece daños neurológicos producto de un golpe en la cabeza que sufrió y del maltrato que recibió del personal del hospital cuando era recién nacido.

Este es uno de los casos consignados en las seis recomendaciones que la CDHDF ha dirigido en los últimos cuatro años a la Secretaría de Salud local (Sedesa) por hechos de violencia obstétrica, como se define a las omisiones y a la mala atención del personal del sistema de salud hacia mujeres embarazadas, en labor de parto o en puerperio, como se conoce al periodo posterior a un alumbramiento.

Otro es el de una mujer de 22 años con Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), a quien los médicos obligaron a dar a luz por parto natural. En circunstancias de ese tipo, un parto natural aumenta las posibilidades de que un bebé se contagie de VIH, por lo que en este caso la salud del menor debe ser monitoreada constantemente para determinar si se contagió o no.

La CDHDF ha exigido reparación del daño a las víctimas y atención médica permanente, así como que la Sedesa haga un diagnóstico de su infraestructura, personal, insumos y métodos. Sin embargo, según organizaciones civiles, aunque las recomendaciones han sido aceptadas, hasta ahora no han sido cumplidas.

Regina Tamés, directora del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), dice que una prueba de ello es que cada semana ocurren más casos similares, en los que la vida de madres y bebés está en peligro.

“Hay una mezcla entre violencia institucional, que es la que ejercen los hospitales e instituciones, y una de género. Lo importante es nombrarlo, hacerlo notar y que las mujeres sepan que no es normal que las traten así”, comenta la especialista.

El subdirector de Servicios Médicos e Insumos de la Sedesa, Román Rosales, reconoce las faltas y asegura que, a raíz de estas recomendaciones, se trabaja con todo el personal para fortalecer los protocolos de atención, así como para capacitarlo en una cultura de buen trato.

“Se están difundiendo varias guías y manuales de atención. Además, estamos iniciando el proceso con Injuve, Inmujeres y organizaciones civiles, para llevar el trabajo de investigación sobre los puntos en los que hay que trabajar para que podamos identificar situaciones relevantes en las que debemos intervenir”, dice.  

Teresa Incháustegui, directora del Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México (Inmujer), asegura que se han llevado a cabo reuniones con la Sedesa con el objetivo de atender el tema.

“Es importante que los casos señalados se atiendan oportunamente y se logre una mayor sensibilización del personal médico. Nosotros hemos tenido comunicación con el titular de Salud y tenemos comprometido que se realice el diagnóstico el año entrante”, dice.

Para Yolanda Ramírez, visitadora de la CDHDF, las principales fallas están en la falta de personal y en carencias en la infraestructura de los hospitales.

No obstante, advierte que también hay casos en los que se obliga a una mujer a adoptar un método anticonceptivo, no se le informa sobre su situación o se le hacen comentarios ofensivos.

Al respecto, Rosales rechaza que los problemas provengan de la falta de personal o de insumos. En cambio, afirma que estos tienen un origen multifactorial e insiste en que la Sedesa está trabajando para responder a las irregularidades de manera oportuna.

“La Secretaría de Salud reconoce esta situación, se responsabiliza y trabaja al respecto”, subraya el funcionario.

“Este tipo de casos desafortunados entra a un proceso administrativo y penal y el personal involucrado puede ser inhabilitado o sancionado. Lo que nos queda es ser muy insistentes en que no debemos caer en errores sin justificación […] Afortunadamente, también podemos decir que atendemos oportunamente 70 mil partos al año”, agrega.

Para la CDHDF y las organizaciones civiles especializadas en el tema, es fundamental y urgente que las promesas de la Secretaría de Salud se traduzcan en resultados, para que no se repitan más casos como los documentados en los últimos cuatro años.

El factor tiempo

La CDHDF detectó horarios y días en los que empeora la atención hospitalaria para las embarazadas:

  • Las mujeres son mal atendidas, principalmente, en los horarios de cuatro de la tarde a ocho de la noche y de 12 de la noche a cinco de la mañana.
  • La comisión también ubicó que jueves, viernes y sábados son los días en los que ocurren malas prácticas con más frecuencia, derivadas de la falta de personal.

Donde ser madre implica un riesgo

Especialistas señalan que las embarazadas enfrentan problemas en la Ciudad de México. Sin embargo, también advierten que la situación es peor en otras entidades del país, en particular en zonas rurales. Según cifras del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), Oaxaca tiene el mayor porcentaje de muerte materna: 55.9%. A este estado del sur le sigue su vecino, Guerrero, con un porcentaje de 47.2%, y en las demás posiciones están Chihuahua, con 35.9%, Yucatán, con 25%, y Chiapas, con 24.6%.