Foto: Lulú Urdapilleta.

Priscila Arias, la Fatshionista, vs la gordofobia

Especiales

Priscila Arias, La Fatshionista, es una bloguera que usa la moda y el maquillaje para devolverle la autoestima y empoderar a aquellas mujeres que han quedado fuera de los estereotipos de belleza

Por Diana Delgado

Para estar a la moda no importan las tallas. Lo sabe Priscila Arias, La Fatshionista, una bloguera y maquillista profesional que busca hacer notar que las mujeres con sobrepeso tienen derecho a lucir atractivas.

“El maquillaje y la moda son menos frívolos de lo que parecen”, dice al tomar un delineador de una cosmetiquera. Estamos en el tercer piso de su casa, un lugar lleno de colores pastel, cojines y revistas de moda en cuyas portadas aparecen chicas llenas de curvas. Frente a ella, un espejo grande, profesional, y una mesa donde esperan en fila sombras y rubores de diferentes gamas de color. No le toma nada resaltar sus ojos grandes de su rostro, alzar los pómulos, volver sus labios más prominentes.

La felicidad, explica Priscila Arias, puede encontrar un buen soporte en el aspecto físico, en la ropa. Sobre todo cuando la autoestima está lastimada por los años y años de ver modelos delgadas y espigadas en las revistas, los comerciales, los aparadores.

“La moda puede ser una herramienta para que las mujeres cambien de actitud, para que vuelvan a enamorarse de ellas mismas. Yo les ofrezco otro punto de partida, ir desde afuera hacia adentro, que si se sienten frustradas por su cuerpo, encuentren otra salida para verse diferentes”.

Un alter ego

Todo comenzó años atrás, cuando Priscila Arias estudiaba publicidad y trabajaba como recepcionista en una empresa internacional. “Trataba de arreglarme bien, me peinaba y me maquillaba porque era la primera persona en dar la cara por la empresa. Mi imagen llamó la atención de mi jefa al grado de que un día me pidió que la maquillara”, cuenta.

Una vez que inició, otras compañeras comenzaron a pedirle que las arreglara. Decidió tomar un curso de maquillaje profesional y poner en práctica lo aprendido dentro de la oficina. Así fue hasta que un recorte de personal la dejó sin empleo.

“Tomé el maquillaje como algo temporal, pero fue lo que me salvó. Para mí era un hobby en lo que encontraba empleo, pero una vez que entré, no quise salir”.

Al mejorar sus habilidades, llegó a ser maquillista de importantes revistas de moda como Cosmopolitan o The Beauty Effect. No podía evitar preguntarse por qué las modelos comunes, que no eran espectaculares sin la producción, podían verse como diosas después de una sesión de maquillaje, y no pasaba lo mismo con las mujeres más rollizas o corpulentas: las “gorditas”.

Decidió darse a la tarea de mostrar que una mujer de talla grande podía lucir tan impactante como una chica muy delgada. Así echó mano de todas sus herramientas y conocimientos sobre maquillaje que había almacenado en los últimos años.

Pero había otro problema: a ella le gustaba vestir bien. Al recorrer las tiendas departamentales, las boutiques, Priscila Arias no lograba encontrar una sola prenda linda que se ajustara a sus medidas. Esperaba hallar blusas como las que podía usar su hermana, vestidos como los que le quedaban a su prima, jeans similares a los que elegían sus amigas; pero terminaba usando siempre prendas con las que no se sentía identificada. “Esperaba encontrar algo que no fuera tapado u holgado. A mí me gusta usar escotes y faldas. En las tiendas me sentía discriminada”, dice.

Fue así que nació La Fatshionista, su alter ego, un personaje que busca la reivindicación de las mujeres que no encajan en el estereotipo impuesto por la publicidad y la moda. Hoy es una de las blogueras plus size más visibles de la Ciudad de México, dentro de un movimiento que espera eliminar el estigma del adjetivo “gordo” como si describiera algo indeseable, como si se tratara de un insulto que pone una característica física por encima del valor de las personas.

Mujeres curvy, ¡únanse!

Ponerse rímel, elegir un peinado, usar un vestido. Estos gestos pueden significar mucho más de lo que aparentan. Para una mujer que toda la vida ha sido criticada por sus imperfecciones físicas, descubrirse bella en un espejo puede implicar un ánimo radicalmente distinto, un cambio total en las relaciones afectivas, un estilo de vida que implica incluso mayor salud, sin la presión de perseguir una talla más pequeña.

“Hay quienes me han escrito en los comentarios de los videoblogs que durante años no se podían ir de vacaciones porque les daba pena usar un traje de baño. Otras me dicen que no se atrevían a decirle a un chavo que les gustaba por miedo al rechazo. Son cosas tan sencillas para cualquiera, pero, para una persona con sobrepeso, pueden significar un esfuerzo titánico”.

Algunos críticos de sus redes sociales la acusan de promover la obesidad. Sin embargo, La Fatshionista asegura que su objetivo es otro: llamar la atención de tiendas y diseñadores para que se atrevan a ofrecer algo distinto a quienes necesitan prendas más allá de la talla grande.

“Nueve blogueras de diferentes estados formamos el grupo #CurvyBloggersMx. Al conocernos, notamos que teníamos una misma filosofía, nos dimos cuenta de que podíamos ser aliadas, que teníamos la oportunidad de formar un frente común para que las marcas, los medios y las chicas curvy nos voltearan a ver”, dice Priscila Arias.

En cifras

  • 106,280 seguidores suma hasta este momento en su cuenta de Facebook La Fatshionista.
  • 2 años lleva Priscila luchando por la inclusión de tallas plus size en las tendencias de moda.
  • 15 causas de discriminación existen en la CDMX: la apariencia es una de ellas.