Tras la tierra prometida

El gobierno capitalino busca ganar la partida por los terrenos del AICM y, en voz de Salomón Chertorivski, defiende sus motivos.

Es domingo. Vestido de manera casual, el secretario de Desarrollo Económico de la capital, Salomón Chertorivski, recorre la Terminal 1 del AICM. Como un viajero más, sube las escaleras de la zona de llegada nacional y se toma una selfie. Atrás de él, los pasillos muestran poca actividad. Es temprano. Será hasta más tarde que comience la ebullición de pasajeros y familiares en este sitio emblemático para los capitalinos, un espacio que, sin embargo, desaparecerá como lo conocemos cuando la década siguiente nazca una nueva terminal aérea.

Chertorivski enfila al estacionamiento. Sube al quinto piso y tiene ante sí parte de las 710 hectáreas que quedarán libres cuando el proyecto aeronáutico del presidente Enrique Peña Nieto despegue. Todo esto será de la ciudad. O al menos eso asegura Chertorivski, quien se ve como Moisés contemplando la tierra prometida. Pero para llegar ahí, a que en esa tierra ocurra lo que los habitantes de la ciudad quieran, él, su jefe y los chilangos deben vencer la resistencia del gobierno federal, administración priista que desdeña la afirmación de Miguel Ángel Mancera de que toca a los capitalinos —y a nadie más— opinar sobre estos terrenos, en lo que sería la decisión urbana más trascendental para el Valle de México en 50 años.

Esta entrevista se puede titular “Salomón en la tierra prometida”.

Jajaja. Estamos pisando lo que puede ser el espacio que ofrezca la oportunidad más importante de transformación urbana que ha tenido la ciudad en décadas y, muy probablemente, la última que tenemos como capitalinos en las siguientes generaciones. Por tanto, efectivamente, lo que se haga o deje de hacer en esta tierra será la mayor oportunidad para nuestra capital y la zona metropolitana.

Faltan menos de cinco años. Para un terreno de estas características, para una situación de esta complejidad, vamos tarde.

El gobierno federal lo que dijo es que el 20 de octubre de 2020, a las siete, aterrizaría el primer avión en el nuevo aeropuerto. Deseamos que así suceda. A la ciudad le convienen mayor capacidad aeroportuaria, capacidad de conexión con el mundo. Así que, desde la ciudad, pues que salgan bien los planes. Y en ese sentido, cuatro años y medio para una decisión y el trabajo que implica, no es mucho tiempo. Tenemos el tiempo justo para tener proyectado cómo se va a hacer…

¿Se trata también de rescatar la zona alrededor del aeropuerto?

Sí, en muchísimos sentidos. Destacaría dos. El primero es el olvido absoluto que el oriente ha tenido en el desarrollo. Si vemos la ciudad, todo el desarrollo está en el poniente y en el sur. No hay un edificio destacable, no hay un corporativo, ya no digamos —porque siempre hay quienes opinan que eso es desarrollo y hay quienes no— plazas comerciales, cines…

Salvo el Palacio de los Deportes…

El Foro Sol, el Palacio de los Deportes. Incluso nos vamos a la infraestructura de servicios y tienes en el sur 10 veces más universidades per cápita que las que tienes acá. Y lo mismo pasa con hospitales, preparatorias, en fin, hay una oportunidad única e irrepetible para igualar posibilidades de desarrollo del oriente con el poniente. Y en otro de los terrenos donde hay una oportunidad irrepetible es quizá la semilla para un replanteamiento urbano de la ciudad en su conjunto. Aquí planeas de afuera hacia dentro: qué quieres de la región, qué quieres de las inmediaciones, y entonces decides lo que se tenga que hacer ahí. Pero, al mismo tiempo, lo que se haga ahí va a ser el nuevo modelo y el ejemplo de lo que se puede llevar a cabo en otros lugares de nuestra ciudad.

El gobierno federal no le ha dado la bienvenida al debate.

Ha habido diálogo, uno esporádico. La SCT estuvo en el foro internacional que hicimos, pero bueno, al final sentimos que es un tema de tal relevancia que tendría que haber más empatía y compenetración. Yo diría que el gobierno federal tiene el foco en el nuevo aeropuerto, y me parece que sí es importante. Sin embargo, es más relevante para el futuro de los capitalinos lo que sucede o deje de suceder en el terreno que dejará el aeropuerto que el propio nuevo aeropuerto. Va a tocar muchos más millones de vidas.

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Pero ellos no le han dado la bienvenida.

Hemos escuchado cosas: que ya en un año tendrán un planteamiento de un despacho español. Yo sí quiero insistir en la ingeniería, en la arquitectura y en el urbanismo mexicano. Nosotros estamos trabajando con ellos. Y reitero también, y es en uno de los principios en que nos basamos, algo que está mal entendido es la creencia de que se puede llegar con un plan maestro y ya ese plan maestro va a estar, y que nos lo haga un despacho español fantástico, de mucho prestigio porque…

¿Pero no debería estar hecho desde un escritorio?

De entrada, no puedes hacer nada en un escritorio, ni aquí ni allá ni en ningún lado, sin haber pasado por un proceso que, por fuerza, en esta época más que en ninguna, tiene que trazarse sobre la participación ciudadana. A muchos los espanta esto: “Cómo la gente va a decir que…”. Vivimos en una ciudad de adultos, de gente que participa, que con la información suficiente puede tener diálogos en los que el interés general puede privar y no intereses particulares o intereses económicos.

¿Tiene Miguel Ángel Mancera la fortaleza hoy para plantear este proyecto?

Yo estoy convencido de que sí. Yo creo que Miguel Ángel Mancera está en las capacidades y ha asumido la responsabilidad de hacer el mapa de ruta, hacer el modelo de gestión, y dejar todas las bases lo suficientemente sólidas para que este proyecto llegue a buen puerto. Yo estoy convencido de que así lo hará, así lo ha instruido. Y te diría además, se viene una coyuntura muy particular en los próximos meses en donde esto tendrá también que quedar trazado para el futuro, que es la propia Constitución de la Ciudad de México. Una Constitución que, quizá como nunca otra en la historia del mundo, va a tener que tener como columna vertebral lo urbanístico.

¿La grilla no se va a atravesar? ¿La grilla que podría involucrar a Miguel Ángel Mancera como precandidato o aspirante a una candidatura, la grilla que podría involucrar al secretario de Desarrollo Económico como precandidato a la ciudad?

Pues la política está siempre ahí, para bien y para mal. La política está para la discusión pública, el diálogo, y ojalá para priorizar y entender cuáles son las responsabilidades que verdaderamente tenemos que poner con una visión diferente para el futuro de nuestra ciudad, de nuestro país. Política va a haber siempre, en cada momento, en cada actor…

¿Pero no lo ves como un obstáculo, el momento político?

Siempre hay un momento político, ¿no? Creo que tenemos que hacer esfuerzos para entender los grandes retos, los enormes problemas y la necesidad de resolver muchas cosas de forma urgente y no dejarlas o patear el bote, pues puede haber coyunturas políticas que no… Más bien, hay una responsabilidad de tomar aquí decisiones muy fuertes en el futuro de esta ciudad. Quizá la última oportunidad en generaciones para transformar nuestra urbanidad y, en ese sentido, creo que el dejarlo en cualquiera de sus posibilidades sería una irresponsabilidad.

Si estuviera aquí con nosotros el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, ¿qué le dirías en concreto sobre esto, aquí en este momento un domingo en el aeropuerto?

Lo que le he comentado, la relevancia y la trascendencia que esto tiene para la ciudad, y la expectativa de que en los próximos meses encontremos la posibilidad, la empatía no sólo del diálogo, sino de ir concretando los proyectos en conjunto.

De lo que se haga aquí en materia ecológica podría salir la solución a las contingencias ambientales de la ciudad.

No me atrevería a decir que una solución, pero aquí lo que tiene que haber es el planteamiento de cómo se deben pensar las ciudades en un futuro, y las ciudades para un futuro tienen que ser absolutamente sustentables. Entonces, no sé si la solución, pero sí estoy convencido de que lo que aquí se haga será un ejemplo que podrá ser el ejemplo para lo que tenga que replicarse en el resto de la ciudad.

¿Y si se convierte en el antiejemplo?

Pues ya la generación que siga nos lo cobrará. Pero creo que lo que tenemos ahorita ante nosotros es la mayor oportunidad. Depende de nosotros tomarla o no tomarla y, desde nuestro lado, desde el gobierno de la ciudad, no vamos a cejar para aprovechar al máximo esta oportunidad y para evadir o evitar ese posible fracaso del que hablas.

Tú vas por los terrenos de aeropuerto.

Vamos a defender el derecho de los capitalinos a decidir sobre su tierra y a defender la preeminencia que tiene la ciudad sobre las decisiones de su futuro y su trazo urbano. Con toda claridad te diría: yo voy a la defensa con toda fuerza de que lo que aquí se haga sea por el interés, en el interés de los capitalinos preeminentemente.

¿Vas a ser como un Barzón II, como los de Atenco II?

No, vamos a hacer buena política, buena planeación, buena escucha, nuevos procesos de diálogo con la ciudadanía. Enaltezcamos el servicio público y lo que la responsabilidad nos confiere.

Al terminar la entrevista, Chertorivski se despide y sale con prisa, como todos los que pasan por el actual AICM: apresurados por abandonar un lugar viejo, feo y maloliente. Lo que aquí haya dentro de 10 años, ¿será realmente muy distinto a lo que hay hoy? ¿La tierra prometida será como la pintan?

En cifras

  • 710 hectáreas ocupa hoy el AICM.
  • 39 colonias se encuentran cerca de él.
  • 500 mil personas habitan en la zona y padecen rezagos.