06066 | ¿Cuántos kilos desperdicias al año?

Opinión

Comenzó el Guadalupe-Reyes y, con él, se acercan también los propósitos de Año Nuevo, entre los que invariablemente figura perder de peso.

Los gimnasios abren sus puertas y las dietas se ponen a la orden del día, pero más allá de cuántos kilos bajar, ¿no deberíamos preguntarnos cuántos kilos queremos dejar de desperdiciar?

Y es que todos hemos estado ahí. Para algunos, ir al súper con hambre es lo peor que puedes hacer. Entre el hambre, los antojos y las ofertas, uno termina atascándose de cosas que muchas veces terminan convirtiéndose en un adorno más dentro del refrigerador.

Sin embargo, en un país lleno de contrastes, no podemos ignorar la sutileza con la que muchas veces compramos o pedimos comida en las tiendas o restaurantes sin reparar en lo que se desperdicia, y mientras miles de personas pasan hambre, otras tantas desperdician alimentos, en una proporción que deja helado a cualquiera.

De acuerdo con cifras del Banco Mundial, los mexicanos desperdiciamos más de 20 millones de toneladas de alimentos cada año.

Y no olvidemos que una tonelada equivale a mil kilos, por lo que esto quiere decir que, año con año, los mexicanos desperdiciamos 20 mil millones de kilos de alimentos, que básicamente podrían cubrir las necesidades de siete millones de personas.

Pero el tema va mucho más allá. Para producir esos 20 millones de toneladas de alimentos, se calcula que año con año se destinan 40 mil millones de litros de agua, lo cual sería lo equivalente al agua que utilizan los habitantes de Ciudad de México en dos años.

El informe reveló que el ciclo de desperdicio de alimentos comienza en la cosecha, pasando por la distribución y el rezago de productos en los puntos de venta, representando el 72% del desperdicio total, y, finalmente, en los consumidores, de los cuales se deriva el 28% restante.

Los víveres que terminan en la basura representan una pérdida económica que asciende a los 491 mil millones de pesos, pero es todavía peor el impacto ecológico que se registra por las emisiones de gases de efecto invernadero, lo cual equivale a los gases de más de 15 millones de autos.

Más allá de la culpa que nos genere, el estudio debe ayudarnos a generar conciencia sobre nuestros hábitos de consumo, y no solo eso, sino también a que las autoridades puedan diseñar una estrategia enfocada en la reducción y aprovechamiento del desperdicio de alimentos. Tal vez un primer paso podría ser que la próxima vez que vayamos al súper o a comer, compremos y comamos solamente lo necesario.