El Doctor Alderete, Vértigo y la Revolución

La galería Vértigo (Colima 23, colonia Roma) cumple 4 años. A las 11 de la mañana del día de ayer visité sus instalaciones con la intención de ver la exposición de Emory Douglas y en la entrada me topé con el dueño del garito, el Doctor Alderete. Su piocha hirsuta, larga y albinegra es casi ya un icono de la ciudad. La galería es una especie de pasatiempo que lleva junto con su mujer Clarisa, pero como todo hombre inteligente, se toma sus pasatiempos muy en serio. Después de haber presentado con anterioridad obras de artistas/dibujantes/ilustradores como Liniers o Alejandro Magallanes (muestras que representaron para la galería ganancias aceptables), decidieron darse un pequeño gusto personal: una exposición hecha de facsimilares, reproducciones y algunas serigrafías firmadas del ilustrador y artista Emory Douglas. “Tenemos que poder darnos este tipo de lujos de vez en vez”, sonrió ante la pregunta de qué tan rentable podía ser una exposición en la que las reproducciones del arte de Douglas se venden a 150 pesos y las serigrafías firmadas (los objetos más caros de la muestra) a 300. “Trabajamos para poder hacer esto de vez en vez, poner una muestra porque sí, porque merece ser vista, porque supone algo para nosotros”. Mente de artista.

La muestra es una selección de algunos de las ilustraciones que Douglas hizo para el periódico de Huey Newton –fundador junto con Bobby Seale, de los Panteras Negras– así como de algunos carteles que hizo para manifestaciones públicas. La mayoría están centradas en los albores del Black Art Movement y la causa negra que tuvo su periodo de mayor efervescencia después de las muertes de Malcolm X y Martin Luther King Jr. en la segunda mitad de la década de los sesenta. En una de las imágenes más escalofriantes podemos ver una mano que lleva los nombres de las corporaciones gringas más poderosas de la época (IBM, Pepsico, Ford, Chevron, PanAm, etcétera) manejando una marioneta que mientras baila recita la siguiente frase “I Gerald Ford am the 38th puppet of the United States”, prefigurando una idea hoy obvia hasta para el más reaccionario de los observadores: el total sometimiento del poder político al financiero. También hay un cartón reciente que muestra a un efigie de Obama escindida (mitad él, mitad una especie de siniestro succubus) que dice “Nobel Peace Price = Fraud” mientras el mitad demonio, mitad hombre firma un documento que dice (“Kill List”) en una clara alusión a la política de asesinatos teledirigidos del presidente de los Estados Unidos.

Desde finales de los años sesenta Douglas se ha dedicado a tratar de montar narrativas revolucionarias en una estética que las reivindique, las promueva y les permita viajar. Hoy, gracias al tino y al arrojo de la galería Vértigo, llega a nuestro país para demostrar el papel que el arte puede jugar en la exaltación de movimientos ciudadanos que luchen contra la corrupción y el atropello sistemático de los poderes fácticos tanto políticos como económicos.

(DIEGO RABASA)