El país de los estudiantes muertos, por @wilberttorre

La premonición fue de Vasconcelos: “Los próximos combates de la Revolución se darán en las aulas”. ¿De qué hablaba Vasconcelos cuando anticipaba nuevas gestas movilizadas desde la enseñanza? ¿Cómo toda esa luz se convirtió en horror? ¿Cuántos estudiantes han sido asesinados en este país desde entonces? ¿Cuántos gobernantes han pagado por estos crímenes de Estado?

México es la nada. Un cuerpo tirado. Una fosa sin fin. Un poder impune. Una carcajada de Echeverría. Un monstruo maligno de varias cabezas que mata a sus hijos.

Tlatlaya, 22 personas ejecutadas por el Ejército.

Ayotzinapa, una lucha estudiantil –como ayer, como mañana–. Iguala. Una fosa. 28 cadáveres. 17 normalistas asesinados.

Un alcalde narco. Un presidente y sus reformas de ensueño. Un país en guerra, donde los muertos son proscritos.

Un país. La nada. El horror.

¿Cómo llegamos aquí?

Ayer, Socorro Acosta, una joven estudiante, fue asesinada en la la calle de Madero, en el centro histórico. Ayer es un día de agosto de 1942. Ella, Socorro, protestaba porque el gobierno de Manuel Ávila Camacho –como se intentó hace unos días de 2014– había decretado que los títulos de los egresados del Politécnico no tenían validez. La joven defendía un derecho cuando fue detenida. Acabaron con ella a golpes de hacha. Una mujer. Una estudiante. Cuatro muertos. Un país, la nada.

Ayer, tropas del Ejército mexicano, a toque de corneta, irrumpieron en el Politécnico. Detuvieron y golpearon estudiantes. Cerraron el internado, clausuraron los comedores, se decretó el final de las becas. Un golpe letal a la educación popular surgida en el gobierno del general Cárdenas. Ayer es un día de septiembre de 1956.

Ayer, Díaz Ordaz ordena cerrar la escuela Hermanos Escobar, de Ciudad Juárez. Es es un día de 1967 y los estudiantes del Politécnico –como ayer, septiembre de 2014– salen a las calles y resisten, junto con Chapingo. Un año después los estudiantes luchan por las libertades democráticas. Una plaza, una luz, una matanza. Ayer es 2 de octubre, 1968.

Ayer es 10 de junio de 1971. Una marcha. Estudiantes. Otra matanza.

Ayer es septiembre de 2014. Allá van los estudiantes de la Normal. En Ayotzinapa están las fuerzas federales resguardando los autobuses. Los muchachos se van a Iguala. La policía municipal los detiene. Desaparecen. ¿Y el Ejército? ¿Por qué los federales no hicieron nada?

Una fosa, 28 cuerpos, un país, la nada.

Es México, nueve décadas después de Vasconcelos. 46 años después de Tlatelolco. 43 años después del 10 de junio.

El horror. El mismo poder. La misma impunidad.

La nada.

(WILBERT TORRE / @wilberttorre)