“Piojo, chef de la austeridad”, por @apsantiago

“Tenemos equipo para ser campeones del mundo”, dijo Miguel Herrera antes del partido contra Camerún, y yo imaginé un chef con una zanahoria, una pizca de sal y una cebolla prometiendo: “Con estos ingredientes les haré un banquete”.

Argentina tiene a Messi, Italia a Pirlo, Portugal a Cristiano, Brasil a Neymar, Holanda a Robben, ¿y México a Oribe Peralta?

Hasta hace poco, Oribe era un jugador subvaluado por la prensa, y que difícilmente un aficionado hubiera no digamos adorado, sino identificado en la calle. Debutó en 2003 en Morelia jugando 4 minutos contra América, dos partidos después el técnico Rubén Romano le dio 14 minutos más, y luego debieron pasar tres torneos para que El Piojo, entonces técnico del Monterrey, un día lo metiera de cambio y lo ayudara así a abandonar un ostracismo de 18 meses en la banca sin un solo segundo de acción. Aunque hoy sea un prócer, Oribe, a sus 30 años, empieza a luchar contra la edad.

El jefe de la defensa de la Selección, Rafael Márquez, debutó hace casi dos décadas, es decir, en tiempos tan arcaicos que en México estaba fresco el alzamiento zapatista. Ha vuelto al Tri con 35 años (en el futbol esa es la tercera edad) pese a que en 2012 vivía su “gira de retiro” con los NY Red Bulls tras ser parte -nada menos- del Barça.

Por la franja izquierda nuestro líder es Miguel Layún, meses atrás famoso no por su destreza sino por los hashtags de Twitter que se mofaban de sus limitaciones y lo culpaban de cualquier pesar americanista.

México tenía a Luis Montes, un artista del medio campo, y se nos quebró.

Y podemos seguir: hasta hace semanas Gio era un auto de alta gama pero que en el Tri se desvielaba. Memo Ochoa fue el arquero más goleado de la liga francesa, descendió con el Ajaccio y hoy no tiene equipo. Semanas atrás, Marco Fabián era una promesa calamitosa, un jugador que Chivas se sacó de encima, célebre por su jolgorio nocturno y sus conquistas no deportivas sino femeninas. Guardado es suplentísimo en el Leverkusen, Chicharito en el Manchester United y el Maza a veces es top mundial pero otras nos arranca lágrimas. Hasta marzo, Héctor Herrera era banca fija del Porto.

Y aunque El Gallito Vázquez se perfila como candidato número uno a emigrar, hace no mucho era el estrella de los Cuervos Negros de Zapotlanejo (y no es broma).

El equipo del Piojo carece de una sola figura que haga retumbar en sus centros la tierra, pero en su debut mundialista entendió el valor de la disciplina y el esfuerzo solidario. Al menos el primer plato que llegó a la mesa fue apetitoso. No es poca cosa, si todo lo que el chef tenía era una zanahoria, una pizca de sal y una cebolla.

(ANÍBAL SANTIAGO / @apsantiago)