Callejón del diablo: no pases de noche

Se recorre Campana hasta dar con la bocacalle que respira al Circuito Interior, apenas un estrecho conducto donde el tiempo se tensa. Con cada paso, sus muros grafiteados parecen arrejuntar y la salida evaporarse. Transpiras y trastabillas y tu respiración se alenta, el diablo sólo tienta a aquel con quien ya cuenta.

Dicen que en tiempos de la colonia, cuando la vegetación cubría tétricamente gran parte de la ciudad, nadie se atrevía a cruzar este callejón. ¿La razón? Apariciones del mismísimo príncipe de la oscuridad, señor de las tinieblas y demás títulos nobiliarios. De ahí que tomara ese nombre.

A la leyenda de los encuentros de ultratumba, se suma el asesinato de un usurero mixcoaqueño apodado El Julio a quien, según los pobladores de la zona, se lo habría llevado “patas de cabra”. Aparte de asustar a los curiosos que recorren su pasillo, también el diablo actúa como una suerte de justiciero anónimo.

Al día de hoy el misticismo sobre el pasaje sigue tan vigente como entonces. Hay quienes prefieren rodear el callejón para llegar a sus destinos o quien simplemente aconseja a sus acompañantes  “cerrar los ojos y caminar muy rápido”, mientras ellos los guían.

El Callejón del diablo ha sido sujeto de varias, minuciosas y profesionales investigaciones paranormales, que no han podido explicar su atmósfera siniestra. Si ya realizaste este recorrido, no te apures: el diablo cuenta con otras sucursales en callejuelas saltimbanquis de Saltillo, Guadalajara y Cuernavaca.

Dirección: Entre Campana y Río MIxcoac, colonia Insurgentes Mixcoac.

 

(URIEL SALMERÓN)