Drag Queen: combinación que ‘reina’

En la Ciudad de México existen cursos y concursos para quienes buscan transformarse y encontrar su alter ego.

Fotos: Alfredo Boc.
Fotos: Alfredo Boc.

Esta noche, la mamá de César conocerá el álter ego de su hijo: Santa.  Por las mañanas, César —de 20 años— estudia comunicación. Por las noches, se transforma en una Drag Queen; hoy lleva una cruz de brillantes sobre su peluca blanca, tacones de 23 centímetros de altura, guantes y un corsé.

Fue hace dos años, al disfrazarse para una fiesta de Halloween, cuando César descubrió su vocación. “No soy travesti ni quiero imitar a una mujer. El arte Drag se trata de jugar con lo masculino y lo femenino, de ser todo lo que quieras ser”, dice ahora transformado en Santa.

Los Drag Queen pueden tener cualquier orientación sexual, no son necesariamente transexuales u homosexuales. Lo importante es transformar la realidad con su trabajo.

“Un Drag Queen es una representación sórdida y lúdica de un personaje que no es hombre ni mujer. Los Drags son transgresores, una cultura subterránea. Se tienen que tener elementos para hacerlo”, explica Oswaldo Calderón, integrante de Las Hermanas Vampiro, grupo de actores precursor de la cultura de Drag en el Área Metropolitana de la Ciudad de México.

Tigrida Revueltas, Drag Queen con 19 años de experiencia, seis de ellos presentado shows en México, aclara que “maquillarse y vestirse a la perfección, no es suficiente. Un drag profesional debe justificar el espectáculo con su actuación”.

Para colaborar en esa profesionalización, hace tres años Trigida abrió una Academia para Drag Queens. En los talleres —asegura— asisten más mujeres que hombres; ellas se interesan en conocer la técnica del maquillaje. Los asistentes estudian la ideología Drag, escogen su nombre artístico y el vestuario de acuerdo a su nueva personalidad. El curso se abre con cinco personas a través de @TigridaRevuelta.

En esos cursos se habla de la importancia del álter ego, ese “otro yo” que elegirán para su vida en el mundo Drag. César, por ejemplo, decidió que su “otra personalidad” se llame Santa, porque en su espectáculo busca hacer una sátira sobre la religión.

Cuando ya se tiene definido al “otro yo”, entonces se elige todo aquello que permitirá llevar al extremo esa nueva personalidad: maquillaje, vestuario y accesorios. La imaginación y la actitud son lo más importante.

Lo más difícil es encontrar los zapatos adecuados. En el Distrito Federal, en el mercado Granaditas —cerca del Metro Lagunilla—, es posible encontrar plataformas y tacones de 15 centímetros o más y de casi cualquier talla.

En los cursos también se enseña cómo utilizar las medias o cómo colocarse las pestañas postizas. Cuando la transformación está lista es necesario ponerla a prueba en el escenario.

Hace 20 años, Las Hermanas Vampiro comenzaron a presentar espectáculos como Drags, con “temas de actualidad y llevar a su máxima expresión la ironía, el sarcasmo y el humor negro de la cultura queer, hasta donde la heteronormatividad lo permita…”, dice en su página de Facebook.

Oswaldo Calderón reconoce que es difícil “ejercer” como Drag, “porque hay pocos lugares para este tipo de espectáculos y necesitas tener elementos teatrales”.

Aún así, César no pierde la esperanza de poder ser todo un profesional de la transformación y tener una carrera como Santa.

TRANSFORMACIÓN A PRUEBA

Las miradas se clavan en Santa cuando baja de su automóvil en Eje Central, cerca de la Plaza Garibaldi. Exuberante y sensual se dirige al Diamond Club, donde se realizará la segunda temporada de Project Drag Queen, un certamen que premia a las mejores reinas de la ciudad.

Santa es una de las cuatro finalistas y su mamá está en primera fila para verla brillar en su aventura. Drag Moon, Abora Nuit y Crysalidrag —24 años y estilista de día— son las otras tres concursantes que buscan llevarse la corona de la noche neón.

Abora Nuit invierte tres horas y alrededor de tres mil pesos, por noche, para crear a su álter ego que pondrá a prueba en esta gran final.

Alberto González eligió bautizar a su otro yo como Abora Nuit, “significa Sol de la noche”, asegura. Este personaje le ayuda a visibilizar a mujeres icónicas y su papel en la sociedad mexicana.

Para Adán Luna —bailarín profesional de 21 años— vestir de Drag Moon lo impulsa a dejar a un lado la timidez que lo caracteriza durante el día, para crear su propio arte.

Matracas, chiflidos y aplausos explotan en el bar donde familia, amigos y comunidad drag están listos para ver en acción a las maestras de la fantasía.

Cari Yoncé abre el espectáculo, una experimentada drag venezolana. Anuncia que el público también podrá votar por su favorita y que la Drag ganadora se irá con ella a una gira por Estados Unidos.

Santa presenta su show. “Aunque no gane, —comenta— este proceso me ha dejado grandes regalos, como que mi mamá sea parte de esto”.

Después de dos horas, Tigrida y Drag Mystique, creadoras del concurso, suben al escenario para anunciar a la ganadora: Abora Nuit. Sin embargo, 15 minutos más tarde, uno de los asistentes se acerca al escenario con las papeletas de votos y grita: “contaron mal, ella no ganó”. Los organizadores rectifican y colocan la corona a Drag Moon.

Santa no ganó. César dice sentirse como el verdadero ganador, pues esta noche probó que puede seguir su camino para ser una Drag Queen profesional.

 

MOVIMIENTO CON HISTORIA
Los primeros registros de hombres que se transformaban en personajes coloridos para dar espectáculos están en la Inglaterra del siglo XIX.  Entonces los hombres se vestían comúnmente de reinas y mujeres de la nobleza para entretener a la aristocracia. En aquella época, las mujeres tenían prohibido actuar en un teatro.

A lo largo de la historia, los Drag Queen han sido parte de los movimientos de libertad sexual y derechos civiles. En los disturbios de Stonewall de 1969, en Nueva York, por ejemplo, fueron los drags los que se enfrentaron a los policías para defender la libertad de expresión del colectivo Lésbico Gay Bisexual y Transexual (LGBT).

 

¿DÓNDE SE PRESENTAN?

Marrakech Salón arropa algunas noches los show Drags. República de Cuba 18 y Filomeno Mata 18, en el Centro Histórico,

Cabaretito Fusión. Londres 77, en la colonia Juárez, abre sus puertas a estos espectáculos.

Los domingos en la Zona Rosa, a las 10 de la noche, se presenta el show de Las Hermanas Vampiro, en el Papi Fun Bar.