Regresa en el tiempo

La Ciudad de México te ofrece varios puntos para echarte un clavado al origen de nuestra identidad chilanga. ¿Te animas a aventarte?

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Sin pausa: La investigación y rescate de las piezas encontradas es constante.

Llegas, vía aérea, al DF. Te asomas por la ventanilla, pegas la nariz y mueves los ojos de un lado a otro y no lo puedes creer: su inmensidad, su inabarcable sucesión de edificios, sus parches de colores, su adorable caos. Cuando la miras así, Ciudad de México te quita el aliento.

Sin avión de por medio, lo mismo sintieron los españoles en 1519 cuando vieron por primera vez Tenochtitlan. Así lo narró Bernal Díaz del Castillo en Historia verdadera de la conquista de la Nueva España (favor de leerse con acento castizo): “Nos quedamos admirados. Hubo quienes pensaron que se trataba de un hechizo (…). Otros se preguntaban si todo eso no sería un sueño.”

Además de hermosa, para los estándares de la época Tenochtitlan también era una ciudad enorme. Se calcula que la habitaban 550 mil personas (cinco y medio Estadios Azteca, para que te des una idea). Nada más le ganaban Pekín (700 mil) y Hangzhou (600 mil).

Muy boquiabiertos los españoles, pero igual arrasaron. Dejaron bien poquito de aquella majestuosa ciudad. En uno de esos vestigios, la zona arqueológica de la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, se exhibe un monumento en mármol que recuerda la caída de Tenochtitlán (13 de agosto de 1521) y dice: “No fue ni triunfo ni derrota, fue el doloroso nacimiento del pueblo mestizo que es el México de hoy”. Y en este pueblo hay algunas evidencias de la gloria de ese imperio.

UN PASEO POR LA GLORIA

La historia prehispánica se cuenta desde los áridos caminos que guían al Cerro del Mazatéptl –mejor conocido como Cerro del Judío–, pasando por los matorrales, nopales y maleza que recubren el que era hogar de los cuicuilcas –hoy vecinos de los changarro de Carlos Slim–, hasta los senderos evangelizados que recorre Jesús de Iztapalapa cada año en La pasión del Cerro de la Estrella.

Aunque el INAH no cuenta con un listado preciso de las zonas arqueológicas en el Distrito Federal, porque constantemente hay nuevos hallazgos y algunos de estos sitios no están abiertos al público, existen ocho recintos que se pueden visitar sin restricciones: Mazatéptl, Cuicuilco, Tlatelolco, Pino Suárez, Templo Mayor, Mixcoac, Cerro de la Estrella y el Museo de Sitio del Centro Cultural de España.

Decimos “sin restricciones”, pero Jorge Alberto Quiroz Moreno, jefe del Departamento de Colecciones Arqueológicas de Comparación del INAH, nos recuerda que hay una regla esencial para los visitantes: el respeto. “Esto es patrimonio. El hecho de que esté la pirámide ahí, no quiere decir que esté para que uno se suba. Hay que mantenerlo limpio, no hay que tirar basura ni querer hacer una fiesta”. No hay que sentirse regañados: es mejor ir, conocer estos sitios, enamorarse de ellos y entender por qué es tan importante cuidarlos.

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RAZONES DE ORGULLO

“Todos ven el momento de la conquista como que ‘llegaron, nos pegaron y pobrecitos de nosotros’, pero no es cierto”, dice el arqueólogo Quiroz. “Sí hubo un encuentro, una serie de batallas”, continúa el experto, “pero finalmente somos producto de eso, somos algo nuevo, una mezcla. Hay que dejar de ver a unos como malos y a otros como mártires”.

Suena a cliché, pero conocer nuestra historia también es conocernos. Quiroz Moreno dice que lo más importante que tenemos como mexicanos es una identidad y cómo podemos adaptarnos a los cambios sin perderla. “No es el discurso de ‘nosotros fuimos un imperio’, tenemos una serie de orígenes que no debemos olvidar, que nos están dando una serie de lecciones a través del tiempo”.

Es un buen mensaje: menos drama y más paseo por el pasado remoto de nuestra capital, para tener más puntitos que buscar desde el avión y entender un poco más cómo llegamos aquí.

Con información de Uriel Salmerón.

VIAJA AL PASADO

Mazatéptl
Las Cruces S/N, San Bernabé Ocotepec.
Lunes a domingo de 7 a 17 hrs.
Entrada libre.
Transporte: Camión Ruta 42 (Metro Viveros), camión Ruta 112 (Metro Tasqueña).

Cuicuilco
Av. Insurgentes Sur S/N, Isidro Fabela.
Lunes a domingo de 9 a 17 hrs.
Entrada libre
Transporte: Metrobús Villa Olímpica.

Tlatelolco
Eje Central Lázaro Cárdenas, esquina Ricardo Flores Magón, Nonoalco.
Lunes a domingo de 8 a 18 hrs.
Entrada libre.
Metro Tlatelolco, Trolebús Eje Central.

Pirámide de Pino Suárez
Estación del Metro Pino Suárez
En horarios de servicio.
Entrada: 5 pesos.

Museo del Templo Mayor
Seminario 8, Centro Histórico.
Martes a domingo de 9 a 17 hrs.
Entrada: 64 pesos. Gratis los domingos.
Metro Zócalo

Mixcoac
Calle 20 esq. con Pirámide, San Pedro de Los Pinos.
Lunes a viernes de 9 a 15 hrs.
Entrada libre.
Metro San Antonio

Cerro de la Estrella
Parque Nacional Cerro de la Estrella. Acceso por Camino al Cerro de la Estrella.
Lunes a domingo de 9 a 17 hrs.
Entrada libre
Metro Cerro de la Estrella.

Museo de Sitio del Centro Cultural de España en México
Guatemala 18, Centro Histórico.
Martes a viernes de 11 a 21 hrs. Sábado de 10 a 21 hrs. Domingo de 10 a 16 hrs.
Entrada libre.
Metro Zócalo.