Sin freno para el robo de bicis

Tan sólo en octubre pasado se reportaron 109 robos de estos vehículos, 3.5 al día. Ciclistas dicen que Buenavista, el Centro y Reforma son las zonas de mayor riesgo.

“Amarre bien su bici, joven”, dice uno de los guardias de la estación Buenavista del Tren Suburbano. En este lugar del norte de la capital, la explanada cuenta con un biciestacionamiento. Sin embargo, no hay personal destinado a cuidarlo.

“Aquí luego luego le echan ojo”, agrega el guardia, al señalar con el pulgar a los vendedores ambulantes de avenida Insurgentes, una zona donde se ha detectado que operan bandas de ladrones.

En el DF se roban, en promedio, 2.6 bicicletas al día. La cifra de 2015 se duplicó en comparación con 2014, según estadísticas de la procuraduría de justicia capitalina (PGJDF), la cual ha recibido de enero a octubre 794 denuncias por este delito: 62% más que en todo 2014 y 70% más que en todo 2013. El robo va al alza y octubre, en particular, despuntó al alcanzar 109 denuncias —3.5 al día—, la cantidad más alta en un solo mes de los últimos tres años.

Aunque la procuraduría no detalla de qué delegación se reciben más denuncias, entre la comunidad ciclista y las autoridades de la delegación Cuauhtémoc es conocido que Buenavista, desde la calle de Luis Donaldo Colosio hasta la explanada del centro comercial Fórum Buenavista y del Tren Suburbano, es un foco rojo del robo de bicis.

También lo son las colonias Roma-Condesa, Paseo de la Reforma, Coyoacán y Ciudad Universitaria.

Los ciclistas, además, aseguran que denunciar es un reto. “‘Es sólo una bici, no la hagas de tos’, es lo que dicen en el Ministerio Público”, platica Víctor Gutiérrez, administrador de @BicisRobadas_Mx, una cuenta en Twitter y Facebook que difunde alertas de robos entre la comunidad ciclista, para que ésta ayude a encontrar y recuperar los vehículos.

Sus integrantes buscan las bicis en casas de empeño o en tianguis como Mixcalco, el de la Bola, el de Santo Domingo o el de San Felipe, en la delegación Gustavo A. Madero, o en foros de Facebook como “Tianguis de Bicis” o “Cambalache de Bicis”. Este rastreo, que debería hacer la autoridad, lo hacen los ciudadanos, porque las pocas denuncias que se presentan hacen que el gobierno no preste atención al tema, dice Gutiérrez.

La PGJDF tampoco especifica si los robos de bicis han sido con violencia o no. La mayoría de los testimonios coincide en que han ocurrido cuando estaban estacionadas, aunque para Gutiérrez los robos violentos van al alza.

“La gente ya aprendió cómo amarrar su bici y los ladrones ahora te esperan, te avientan y te la quitan. Con el shock, la gente no hace nada”, subraya.

Otra modalidad es en la que uno o dos hombres con acento venezolano hacen la plática a un ciclista, le piden tips y, tras ganarse su confianza, le arrebatan el vehículo. Así ha ocurrido en la Roma, Condesa, Polanco, Coyoacán y San Juan de Aragón.

Pasa en el DF… y también en Holanda

Areli Carreón y Xavier Treviño, especialistas en ciclismo urbano, explican que el robo de bicis no pasa sólo en México, sino que ocurre incluso en Ámsterdam, Holanda, o Copenhague, Dinamarca —capitales mundiales de la bicicleta—, debido a la gran cantidad de bicis visibles en la calle. “Es natural. Viene con el uso. Donde hay bicis, hay robo”, asegura Carreón, líder del grupo ciclista Bicitekas.

El problema, apuntan los especialistas, es que muchos ciclistas no han aprendido a sujetar sus bicicletas en lugares seguros, usan candados de mala calidad, son confiados, las dejan sin protección por pocos minutos o las dejan solas por largos periodos, o son poco prudentes y utilizan una bici muy cara en un viaje en el que se puede usar una de menor valor.

Para Antonio Suárez, sociólogo y urbanista de la Univeridad Nacional Autónoma de México (UNAM), otro factor que alienta el robo es que los castigos son menores. Al ser considerado por la PGJDF un delito de bajo impacto social, las penas son sustituibles por fianzas de bajo monto, a diferencia del robo de autos, que es un delito de alto impacto. Esta falta de rigor en la ley, dice, desalienta al que quiere utilizar una bici como medio de transporte.

Suárez y Javier Hidalgo, director de Movilidad de la delegación Cuauhtémoc, coindicen en que una propuesta de solución es crear biciestacionamientos masivos y cerrados en puntos concurridos, que funcionen con una tarjeta prepagada, al estilo Ecobici, con la que se pueda acceder al candado que proteja las bicicletas.

Xavier Treviño, director del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP), opina que, aunque no es obligación de los centros comerciales garantizar estacionamiento, si lo hacen para los autos, también deberían hacerlo para las bicis.

Prevención

Estas son algunas recomendaciones para estacionar tu bicicleta de forma segura:

  • Asegura la bicicleta a un objeto rígido inamovible anclado al piso o a la pared, no a árboles, rejas de madera u otras bicicletas.
  • De preferencia usa un candado tipo “U”, de calidad, o una cadena de eslabones gruesos, no de alambre retorcido. Invierte en tu equipo de seguridad en proporción al costo de la bici.
  • Coloca el candado de tal manera que asegure tanto el cuadro como la llanta trasera. Si no puedes hacerlo, da prioridad a sujetar el cuadro.
  • Si puedes, utiliza dos tipos de candado. Con esto lograrás dificultar los intentos de los ladrones o desalentarlos.
  • En el lugar al que vayas, busca y pregunta a los encargados si existe un sitio para guardar tu bicicleta bajo techo y bajo llave.
  • No dejes tu bici mucho tiempo sin vigilancia, aunque esté amarrada, y nunca la dejes sin amarrar, aunque sea solamente por unos minutos.

Estacionamientos seguros

Para expertos en ciclismo urbano, la política de biciestacionamientos del GDF es insuficiente, pues los de corta estancia no deberían estar en espacios residuales, por donde nadie pasa y nadie ve, sino frente a negocios que atraen visitantes. Según el ITDP, para colocar eficazmente los biciestacionamientos se debe organizar el espacio público ubicándolos en parques, plazas y estaciones de transporte, así como generar políticas para que se les garantice un lugar adentro de edificios residenciales o públicos.