Estas hamburguesas bien las pudo hacer tu tía

Todos tenemos una tía, un hermano, un amigo, un gerente, en fin, alguien que siempre dice que todo lo que se hizo antes es mil veces mejor. Que si la moda en los 70 era la onda, que si todo el rock hecho después del 68 es una porquería. Siempre uno voltea hacia el pasado como para tratar de encontrarle sentido a lo que hace y, también, para tener un punto por dónde comparar. Esto no tiene nada de malo. Malo es cuando se descalifica todo lo actual. Las hamburguesas no se salvan. No falta aquel que insiste en que la llegada de la comida fast food vino a dar al traste a toda la comida “real”. Bajo esta premisa, les presento un clásico que estoy seguro será la delicia de alguien cercano a usted.

El Gnomo (Av. Universidad 1894, Oxtopulco Universidad) tiene más de 30 años alimentando a universitarios y sureños. Una de las hamburgueserías de más tradición de Coyoacán y anexas. Me las habían recomendado mucho y, por alguna extraña razón, nunca había podido ir. Son las hamburguesas con las que crecimos todos los que sobrevivimos a los años 70 y 80. Carne sencilla (aguayón molido in situ), bollo industrial, queso amarillo. Buen sabor, pero nada fuera de este mundo. Pedí una Super Gnomo, que lleva tocino, salsa Gnomo (especie de salsa mil islas con pepinillos), papas a la francesa (hechas ahí mismo, no congeladas), ensalada con su porción de aderezo blue cheese, muy bueno por cierto, y lo mejor del lugar: rodajas de calabacita —zucchini— capeadas y fritas. Esta hamburguesa es el ejemplo perfecto de que no todo lo de antes es mejor y que generalmente el recuerdo siempre es mejor que la realidad. Es una hamburguesa competente, pero parece que la hizo tu tía.

Quizá lo más rescatable es que sí es grasosita, lo cual es un problema con el pan industrial, que se deshace a la primera.

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